Este martes, los rendimientos de los bonos del gobierno federal mostraron en su mayoría caídas, reflejando el impacto de la política monetaria del Banco de México (Banxico). Los Certificados de la Tesorería (Cetes) a 182 días destacaron con una baja de 0.17 puntos porcentuales, mientras que los Bonos a 5 años rompieron la tendencia, subiendo 0.35 puntos hasta 9.97 por ciento.
En el mercado de corto plazo, los Cetes a 91 y 182 días alcanzaron sus niveles más bajos del año, ofreciendo rendimientos de 10.34% y 10.36%, respectivamente. Estos datos son una señal de los cambios en las expectativas económicas que han marcado 2024, cuando las tasas eran significativamente más altas, llegando a 11.38 por ciento a principios de año.
Durante la subasta, los Cetes a 28 días no experimentaron variaciones, manteniéndose en 10.10%. El Banxico colocó 7,000 millones de pesos en este plazo, con una notable demanda de 2.65 veces por parte de los inversionistas. Por su parte, los Cetes a 91 días registraron una caída de 14 puntos base, situándose en 10.34%, con un monto colocado de 7,000 millones de pesos y una demanda notablemente alta de 5.48 veces.
El Banxico también ofreció Cetes a 182 días con un rendimiento de 10.36%, disminuyendo 17 puntos base en comparación con la subasta previa. Se adjudicaron 14,500 millones de pesos, respaldados por una demanda de 4.22 veces. Este rendimiento marca el mínimo del año, un descenso marcado desde los 11.48% que se vieron en los primeros meses de 2024.
Para los Cetes a 364 días, la tasa de rendimiento fue de 10.49%, lo que representa una baja de 0.13 puntos en comparación con la subasta anterior. Se colocaron 16,000 millones de pesos, y la demanda fue 2.85 veces mayor que el monto ofrecido, evidenciando el interés de los inversionistas en estos instrumentos.
Por último, el gobierno emitió Bonos de Desarrollo (Bondes) en Udis a 693 días, con una tasa de interés de 0.16%, sumando otro dato relevante en el panorama de las inversiones gubernamentales. Estos movimientos en los rendimientos reflejan un entorno financiero dinámico que Banxico deberá seguir vigilando de cerca.