China ha logrado capitalizar un negocio de 500 millones de dólares anuales con el cempasúchil deshidratado, un mercado en el que México, siendo la cuna de esta flor, ha quedado rezagado. La empresa china Guangzhou Leader Bio-Technology ha superado a los productores mexicanos, vendiendo cempasúchil a nivel mundial, incluido México, como principal comprador. Este hecho pone en evidencia la falta de aprovechamiento de los recursos naturales del país.
José Luis Sánchez Millán, catedrático de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM, lamentó que México no haya desarrollado una industria robusta en torno a esta planta, que posee propiedades nutritivas, medicinales y es un valioso pigmento natural utilizado en la industria avícola. Mientras tanto, China ha construido un imperio comercial en las últimas dos décadas, probablemente apoyado en técnicas avanzadas como la ingeniería genética.
En el marco del 3er Foro Internacional Agroindustrial, el académico enfatizó que el cempasúchil es una fuente importante de carotenoides, luteína y zeaxantina, esenciales para la salud visual. Pese a este potencial, el desarrollo de infraestructura para deshidratar y comercializar esta flor sigue sin recibir la atención necesaria en México. “Si hubiera interés por parte del gobierno y la iniciativa privada en establecer plantas deshidratadoras, el negocio podría ser transformador”, señaló Sánchez Millán.
La situación es preocupante porque, según datos de la Secretaría de Agricultura, Michoacán es el principal productor de cempasúchil con 67 mil hectáreas dedicadas al cultivo, lo que genera anualmente 700 mil toneladas. A pesar de tener condiciones climáticas óptimas, México continúa desperdiciando esta ventaja natural y depende de otros países para productos que podría producir y exportar a gran escala.
Por su parte, María de Carmen López Reyna, profesora e investigadora del Colegio de Posgraduados, advirtió que a nivel global se requiere replantear el sistema agroalimentario. Señaló la necesidad de construir cadenas de valor más inclusivas, ya que actualmente las grandes corporaciones controlan la mayor parte de la industria agrícola. López Reyna también subrayó que Estados Unidos y un pequeño grupo de multinacionales dominan los mercados de semillas, agroquímicos y fertilizantes, lo que limita el acceso de las pequeñas y medianas empresas.
La investigadora también destacó que la centralización del mercado agrícola contribuye a problemas globales de desnutrición y obesidad, que afectan a millones de personas. “Es imperativo que México tome medidas para fortalecer su agroindustria y evitar que el control de los alimentos y recursos naturales quede en manos de unos pocos”, afirmó. La falta de visión y políticas estratégicas por parte de las autoridades ha llevado a que México pierda oportunidades valiosas mientras otros países, como China, dominan sectores que deberían ser de liderazgo nacional.