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Katalín Karikó y Drew Weissman han sido distinguidos con el Premio Nobel de Medicina de este año debido a sus investigaciones fundamentales relacionadas con el ARN mensajero (ARNm), que han allanado el camino para las vacunas contra el COVID-19 basadas en esta tecnología. A continuación, ofrecemos una explicación sobre el ARN mensajero y su funcionamiento:
El ARN mensajero (ARNm), también conocido como ácido ribonucleico mensajero, es una molécula esencial en la biología celular. Su principal función es llevar la información genética desde una parte de la célula, como el núcleo, hacia otras estructuras celulares llamadas ribosomas. Los ribosomas son los encargados de sintetizar proteínas, y el ARNm proporciona las instrucciones necesarias para este proceso vital.
El proceso de transmisión del ARN mensajero se lleva a cabo en tres etapas clave. En primer lugar, se realiza la transcripción, durante la cual se crea una copia del ADN en forma de ARNm. Luego, el ARNm se desplaza desde el núcleo de la célula hasta los ribosomas. Finalmente, los ribosomas leen las instrucciones contenidas en el ARNm y producen la proteína correspondiente.
A diferencia del ADN, que puede mantenerse estable durante días, el ARN es una molécula más frágil que tiene una vida útil mucho más corta, a menudo solo unas pocas horas. Esto ha requerido que las vacunas basadas en ARNm se almacenen a temperaturas extremadamente bajas para mantener la estabilidad de la molécula durante el transporte y el almacenamiento.
En el contexto de las vacunas contra el COVID-19, el ARNm se utiliza para transportar información sobre una proteína específica del virus. Una vez que se administra la vacuna, las células del sistema inmunitario detectan esta proteína viral y desarrollan una respuesta inmunitaria. El ARNm de la vacuna se degrada después de cumplir su función, sin dejar rastro permanente en el cuerpo.
Uno de los aspectos más destacados de las vacunas basadas en ARNm es su velocidad de desarrollo. Por ejemplo, la empresa Moderna pudo diseñar un ARNm para su vacuna en tan solo 42 días después de que se publicara la secuencia genética completa del virus. Esto contrasta con los aproximadamente diez años que normalmente se requieren para desarrollar una vacuna convencional.
Los científicos tienen grandes expectativas sobre el potencial del ARNm en la lucha contra otras enfermedades además del COVID-19, incluyendo infecciones virales, cáncer y diversas afecciones médicas. Además, algunos científicos creen que esta molécula pudo haber desempeñado un papel fundamental en el origen de la vida en la Tierra hace más de tres mil millones de años.
