En un lapso de 10 meses, el gasto neto destinado a pensiones y jubilaciones en el sector público ha superado la asombrosa cifra del billón de pesos, según datos proporcionados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Esta cantidad sin precedentes, que alcanza un total de 1 billón 52 mil 917 millones de pesos entre enero y octubre de 2023, representa un aumento del 11% en términos nominales en comparación con el mismo periodo del año anterior.
La magnitud de esta erogación es evidente al considerar que equivale al 22% del gasto programable de la Federación hasta octubre, que asciende a 4 billones 686 mil 967 millones de pesos. Estos recursos son utilizados para sufragar las pensiones de los jubilados del gobierno federal, incluyendo aquellos que trabajaron en empresas estatales como Petróleos Mexicanos o la Comisión Federal de Electricidad, así como aquellos inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social bajo el régimen de la Ley 73.
La cifra acumulada hasta octubre de este año está cerca de superar el gasto total del año 2022, que ascendió a 1 billón 86 mil millones de pesos, según reportes de Hacienda. El Presupuesto de Egresos de la Federación proyecta un gasto en pensiones y jubilaciones de 1 billón 330 mil millones de pesos para todo el año 2023, y se estima que esta cifra aumentará a aproximadamente 1 billón y medio de pesos en 2024.
El impacto financiero de estas pensiones es notable, superando incluso el gasto relacionado con intereses y comisiones por el endeudamiento del sector público, que alcanzó los 799 mil 780 millones de pesos en los primeros 10 meses de este año. Además, el gasto en pensiones es un 41% mayor en comparación con la inversión física, destinada al desarrollo y mantenimiento de proyectos o adquisición de bienes tangibles.
Este aumento en el gasto está directamente vinculado al envejecimiento de la población, una tendencia que se intensifica con el tiempo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. El porcentaje de adultos mayores ha más que duplicado desde 1970 hasta la fecha, pasando de 4% a 10%. La creciente presión financiera por las pensiones evidencia la necesidad de abordar y planificar estratégicamente para el envejecimiento de la población en el futuro.