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La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó durante una conferencia matutina que ya se encuentra viviendo en Palacio Nacional junto a su esposo, Jesús María Tarriba. Este cambio de residencia, que había sido objeto de especulaciones en redes sociales desde su toma de protesta el pasado 1 de diciembre, se da en el contexto de su mandato que se extenderá hasta 2030.
Sheinbaum explicó que la mudanza al recinto histórico se retrasó debido a la salida de Andrés Manuel López Obrador, quien residió en el inmueble durante su administración. Además, mencionó que tenía un contrato de vivienda vigente hasta diciembre de 2024, lo que también influyó en la demora para instalarse en su nuevo hogar ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
La presidenta compartió que una de las primeras visitas que recibió en Palacio Nacional fue la de su nieto, con quien espera pasar las festividades navideñas. Expresó su entusiasmo por iniciar esta nueva etapa de su vida en el recinto, que servirá tanto como su hogar como sede oficial de su gobierno. Durante su discurso, destacó las ventajas de trabajar y vivir en el mismo lugar, lo que, según ella, permite un mejor manejo del tiempo.
El espacio habitacional habilitado para la mandataria dentro de Palacio Nacional fue originalmente adaptado durante el gobierno de López Obrador. Cuenta con una superficie de más de 300 metros cuadrados, dos habitaciones, un estudio, cocina, sala y comedor. Este espacio fue diseñado para preservar las áreas históricas del recinto, como los corredores y elementos arquitectónicos de gran valor.
Sheinbaum reafirmó su postura de continuar utilizando Palacio Nacional como residencia presidencial, descartando opciones como Los Pinos o el Castillo de Chapultepec. Según la mandataria, esta decisión representa una continuidad del simbolismo adoptado por su predecesor y refuerza su compromiso de mantener un gobierno cercano al pueblo.
Aunque la presidenta no reveló mayores detalles sobre su mudanza, reiteró su intención de mantener las festividades de fin de año en el recinto junto a su familia. Este cambio marca un inicio simbólico para su administración, alineado con la austeridad y el enfoque histórico que ha caracterizado la narrativa del actual gobierno federal.
