a Diócesis de Orizaba expresó su rechazo ante la acción de la Guardia Nacional que irrumpió en la catedral de Río Blanco durante una misa para intentar detener a un migrante que buscaba asilo.
El párroco y vocero diocesano, Helkyn Enríquez Báez, interrumpió la homilía debido al temor generado entre los feligreses por la presencia de los policías.
La situación se dio cuando los agentes perseguían a un grupo de migrantes, y uno de ellos ingresó a la Parroquia del Sagrado Corazón, ubicada en el centro de Río Blanco.
El obispo Eduardo Cervantes Merino y la comunidad parroquial expresaron su inconformidad por lo ocurrido, señalando que la dignidad del ser humano es un valor inalienable que no puede ser vulnerado por ninguna circunstancia.
La diócesis emitió un comunicado en el que resaltó que el derecho de asilo es tanto un derecho humano como un deber cristiano, por lo que no se puede perseguir como delincuente a quien está de paso.
Helkyn Enríquez enfatizó que, si bien se respeta a las instituciones gubernamentales y de seguridad, esto debe ser recíproco hacia la institución religiosa y su fe. La prioridad recae en los mandamientos de Dios, que están por encima de las leyes humanas.