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El liderazgo de Marko Cortés y Jorge Romero ha llevado al PAN a un momento crítico. La falta de una estrategia clara y efectiva frente a Morena y sus aliados ha debilitado al partido. En lugar de unificar esfuerzos, las decisiones de ambos líderes han generado divisiones internas. Con las elecciones de 2024 en puerta, la situación se vuelve aún más compleja para el PAN, que enfrenta un panorama incierto. Muchos consideran que estas malas decisiones podrían sepultar sus posibilidades de competir de manera sólida en el próximo proceso electoral.
La postura de Cortés y Romero, en lugar de consolidar un frente opositor fuerte, parece estar orientada a la preservación de intereses personales, lo que ha generado un descontento significativo entre las bases del partido. En un momento clave para la política nacional, el PAN se encuentra sin una dirección clara, lo que pone en riesgo su relevancia en el panorama electoral de 2024.
Las acciones de estos dos líderes también han afectado la percepción pública del PAN, que se presenta más dividido que nunca ante los votantes. Las alianzas que se esperaban sólidas han comenzado a fracturarse debido a la falta de visión a largo plazo. Mientras tanto, Morena sigue avanzando con fuerza, lo que deja al PAN en una situación de vulnerabilidad de cara a los próximos comicios.
La historia reciente del PAN bajo Cortés y Romero es vista como un ejemplo de lo que no debe hacerse en la política, y sus decisiones siguen siendo un punto de controversia dentro del propio partido. Si no hay un cambio de rumbo pronto, las elecciones de 2024 podrían marcar el declive definitivo del partido como fuerza opositora relevante en México.
