El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, no podrá salir del país mientras las autoridades amplían la investigación por un intento fallido de imponer la ley marcial la semana pasada. Los fiscales están evaluando posibles cargos de insurrección en su contra tras su polémica decisión de declarar el estado de emergencia en medio de un gran caos político.
Aunque Yoon sobrevivió a un juicio político el sábado, en el que el Parlamento, controlado por la oposición, votó en su contra, su situación es más que delicada. La Oficina de Investigación de la Corrupción confirmó este lunes la imposición de la prohibición de viajar al presidente, quien se enfrenta a una creciente presión.
El partido de Yoon ya ha dejado claro que pedirá su renuncia, advirtiendo que la situación podría llevar al país al “desastre” si no toma medidas. La gente, asombrada, vio cómo el presidente anunciaba la ley marcial en un dramático discurso a última hora del martes. Pero, lejos de someterse, miles de surcoreanos salieron a las calles exigiendo su salida del poder.
En un momento tenso, legisladores tuvieron que atravesar un cerco de casi 300 soldados para bloquear la orden de Yoon, que pretendía imponer el decreto militar, el cual fue revocado por el Congreso. Aunque la ley marcial duró solo seis horas, desató una ola de indignación en un país marcado por las cicatrices de décadas de dictadura militar.
El presidente, en su primer discurso público desde el fallido intento de ley marcial, se disculpó el sábado, reconociendo que su decisión generó “ansiedad e inconvenientes” a los ciudadanos. “Tomé esta decisión desesperado por mi rol como líder del país”, dijo Yoon en una breve intervención.
Por otro lado, un comandante de las fuerzas especiales surcoreanas, el coronel Kim Hyun-tae, se disculpó por ordenar a sus tropas irrumpir en el Parlamento durante los momentos más tensos de la crisis. Kim reconoció su error, calificándose a sí mismo como un “comandante incompetente e irresponsable”, y añadió que, si sus órdenes se hubieran dado en un combate real, “todos habrían muerto”.
En medio de todo esto, el exministro de Defensa Kim Yong-hyun está siendo investigado por su presunta implicación en la crisis. El domingo, la Fiscalía lo detuvo y lo acusó de traición, lo que agrega aún más tensión a la situación.