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Colombia y Ecuador enfrentan una grave crisis energética debido a las sequías que han reducido drásticamente la producción de energía hidroeléctrica. En Colombia, donde dos tercios de la energía provienen de estas plantas, la falta de precipitaciones ha forzado al país a depender más del gas natural, empujando a los gasoductos al límite de su capacidad. A pesar de los esfuerzos para activar plantas térmicas, el sistema energético no logra satisfacer la demanda interna, lo que ha generado un déficit de gas natural que podría empeorar en los próximos años.
El gobierno colombiano ha tomado medidas como restringir las exportaciones de energía a Ecuador, su principal comprador, para priorizar el abastecimiento interno. A su vez, Ecuador ha implementado apagones preventivos programados para minimizar el impacto en sus actividades productivas. Sin embargo, las pérdidas económicas ya se estiman en 100 millones de dólares, afectando severamente al sector empresarial ecuatoriano.
Las autoridades de ambos países han solicitado apoyo internacional, y México podría ser un socio clave para ayudarlos a sortear esta crisis.
