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La ciudad de Chilpancingo en Guerrero se encuentra en una situación caótica debido a la interrupción del transporte público, esto después de que individuos armados perpetraran un ataque en una base de Urvans en la colonia El Encanto, resultando en el asesinato de tres conductores y la incineración de uno de los vehículos.
Las calles Juárez, Ignacio Ramírez, Álvarez y Guerrero, usualmente abarrotadas por numerosas camionetas de transporte público, quedaron desiertas desde las 11 de la mañana. Los ciudadanos, en su mayoría de bajos recursos, quedaron varados buscando alternativas de transporte.
A través de redes sociales de grupos de transportistas, circularon mensajes de audio en los que los líderes de las organizaciones llamaban a los conductores a tomar decisiones según su criterio: trabajar bajo riesgo o suspender el servicio para resguardar su seguridad y la de sus unidades.
Finalmente, los líderes de los transportistas decidieron unánimemente instar a todos a cesar las operaciones, estacionar los vehículos y permanecer a la espera de nuevas instrucciones.
Se acordó que esta suspensión indefinida del servicio se mantendrá hasta que existan condiciones seguras para que los conductores retomen su labor diaria.
Este ataque, ocurrido recientemente, se suma a una serie de agresiones armadas contra el transporte público en Chilpancingo. A principios de julio, cinco conductores de transporte público, incluyendo colectivos y taxis, perdieron la vida y varias unidades fueron incendiadas.
La población de Chilpancingo, con cerca de 280 mil habitantes, depende diariamente de un total de 741 taxis y alrededor de 500 urvans para su transporte. La situación actual ha dejado a la ciudad en una complicada encrucijada de movilidad.
