Las heces blandas y malolientes en los gatos no son solo una molestia para los dueños; ¡pueden ser una señal de problemas de salud más serios! Aunque nuestros amigos felinos son unos maestros en ocultar lo que les pasa, la calidad de sus deposiciones es un buen indicador de su bienestar general. Hablamos con Laura García Ortiz, una veterinaria especializada en medicina felina, para entender por qué tu gato podría estar pasando por esto y cómo solucionarlo.
Malabsorción intestinal.
Cuando un gato sufre de malabsorción intestinal, su intestino no absorbe los nutrientes como debería, lo que puede ser causado por enfermedades intestinales o problemas pancreáticos. Esto se traduce en heces blandas, pérdida de peso y un pelaje que deja mucho que desear. Para tratarlo, se recomienda una dieta fácil de digerir, rica en proteínas y baja en grasas, además de añadir probióticos, ácido fólico y vitamina B12. Si el problema es pancreático, hay que darle enzimas en cada comida.
Pancreatitis.
La pancreatitis felina es otra cosa a tener en cuenta. Se trata de la inflamación del páncreas, y puede manifestarse con síntomas como vómitos, letargo, diarrea y falta de apetito. Si la cosa se agrava, podría llevar a complicaciones serias. Las causas pueden ser diversas, desde infecciones hasta ciertos medicamentos. Para tratarla, hay que enfocarse en aliviar el dolor y ofrecer una dieta baja en grasas que asegure que tu gato reciba la nutrición que necesita.
Enfermedad inflamatoria intestinal (IBD).
La IBD es una enfermedad crónica que afecta el intestino y suele asociarse con problemas como la pancreatitis o la hepatitis. Los síntomas incluyen diarrea, pérdida de peso y vómitos. Aunque no se sabe exactamente qué la causa, se cree que puede ser una respuesta inadecuada del sistema inmunológico. El tratamiento generalmente consiste en una dieta hipoalergénica rica en fibra y medicamentos inmunomoduladores, como la prednisolona, además de suplementos de vitamina B12.
Infecciones intestinales.
Las infecciones, ya sean bacterianas, virales o parasitarias, pueden llevar a que tu gato tenga heces malolientes, además de síntomas como fiebre, vómitos y letargo. El tratamiento suele incluir antibióticos para infecciones bacterianas y medicamentos específicos para las virales o parasitarias, dependiendo del tipo de patógeno.
Tumores intestinales.
El linfoma es el tipo de tumor intestinal más común en gatos, seguido del adenocarcinoma y el mastocitoma. Estos pueden provocar diarrea crónica, pérdida de peso y cambios en el apetito. Dependiendo del tipo de tumor, el tratamiento puede incluir quimioterapia para linfomas de bajo grado o cirugía para los más agresivos.
Alimentación inadecuada.
No olvides que una dieta rica en carbohidratos o de mala calidad puede generar problemas digestivos en nuestros felinos, ya que son carnívoros estrictos y no procesan bien grandes cantidades de vegetales. La solución es ajustar su alimentación para que sea rica en proteínas de origen animal y baja en carbohidratos, evitando los alimentos comerciales de baja calidad.
Aunque un episodio ocasional de heces blandas no suele ser motivo de preocupación, si esto persiste por varios días o viene acompañado de otros síntomas, ¡es hora de llevar a tu gato al veterinario! Las deposiciones de tu mascota son un reflejo claro de su salud, así que asegúrate de mantener una buena alimentación, chequeos veterinarios regulares y un ambiente libre de estrés para prevenir problemas digestivos.