Las lluvias torrenciales desatadas en el sureste de España por el fenómeno de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) han dejado al menos 150 personas fallecidas y decenas desaparecidas, afectando especialmente la región de Valencia. La intensidad de estas lluvias causó una catástrofe en la que cayeron, en cuestión de horas, cantidades de agua equivalentes a un año de precipitaciones.
Más de 500 litros por metro cuadrado se acumularon en algunas áreas, desencadenando riadas que devastaron localidades completas y atraparon a miles de personas. Las tormentas, acompañadas de fuertes vientos y hasta tornados, afectaron extensamente el sur y este del país.
¿Qué es una DANA y por qué es común en el Mediterráneo?
La DANA es un fenómeno en el que masas de aire polar extremadamente frío se quedan aisladas en altitudes de entre 5,000 y 9,000 metros, formando un ambiente propenso a la inestabilidad climática. Cuando esta masa de aire choca con el aire húmedo y cálido del Mediterráneo, se generan tormentas intensas, principalmente a finales del verano boreal y a inicios del otoño, cuando la temperatura del mar aún es elevada.
El término “DANA” ha sido usado por los meteorólogos españoles en las últimas décadas para diferenciarlo del término general “gota fría”, que también se refiere a lluvias intensas, especialmente en la costa mediterránea de la Península Ibérica.
“Este fenómeno crea un entorno inestable y permite que las tormentas se fortalezcan rápidamente, aumentando su humedad y altura”, explicó el meteorólogo de la BBC Matt Taylor. Además, su impacto se agrava cuando las altas temperaturas terrestres y marítimas añaden energía y humedad a las tormentas.
Un evento sin precedentes en el siglo.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) calificó este episodio como el “temporal más adverso del siglo en la Comunidad Valenciana”. Según la Aemet, ha sido un fenómeno histórico, a la par de los grandes temporales mediterráneos y dentro de los tres más intensos de los últimos cien años en esa región.
Lo peculiar de una DANA, a diferencia de otros temporales, es su capacidad para permanecer inmóvil en un área durante varios días o incluso retroceder hacia el oeste, lo que aumenta el riesgo de condiciones meteorológicas extremas.
Un fenómeno relacionado con el cambio climático.
Los expertos advierten que la frecuencia e intensidad de las DANAs están vinculadas al cambio climático. El progresivo calentamiento del Mediterráneo favorece la acumulación de energía y humedad, elementos esenciales para que estas depresiones se conviertan en episodios extremos. “A medida que nuestro clima se calienta, estos fenómenos se vuelven más comunes”, aseguró Matt Taylor.
Un estudio reciente de la Sociedad Meteorológica Estadounidense mostró un aumento en la frecuencia de DANAs desde la década de 1960 a nivel global, confirmando una tendencia que preocupa a los científicos y pone en alerta a las regiones afectadas.