¡De Crisis a Éxito! La Historia del #TianguisNocturno en #LaProvidencia.

El tianguis nocturno de La Providencia en Mineral de la Reforma comenzó de una forma muy inusual. Fue una respuesta de emergencia cuando 40 familias en la zona quedaron en apuros económicos tras contraer Covid-19 y no poder trabajar. Las esposas, organizadas y decididas a salir adelante, crearon este espacio en los viernes para ayudar con los gastos médicos, de manutención y, en algunos casos, funerarios.

La historia empezó en la casa de José Carmen Lugo González, conocido como “El Dandy”. Tras tres meses de planificación y con el apoyo de funcionarios locales para superar las barreras burocráticas, el 19 de julio de 2020 se instalaron 40 puestos ambulantes en la calle Circuito La Providencia. Este lugar está entre el C5i y una tortillería, al lado del jardín de niños José Rosas Moreno (turno matutino) y Lino Rafael Gil Navarrete (turno vespertino).

Todas somos vecinas de la ‘Provi’”, explicó “El Dandy”, quien lidera a estas emprendedoras por elección propia. Al principio, se dedicaron a vender comida siguiendo al pie de la letra las normas sanitarias impuestas por la pandemia: instalando una cámara sanitaria para desinfectar a los clientes, entregando cubrebocas y usando guantes y mascarillas durante la preparación de alimentos, además de aplicar gel antibacterial.

“Fuimos pioneros en el uso de este sistema de desinfección, que costó mil 250 pesos. La mayor parte del gasto era para el líquido desinfectante. Nos convertimos en un modelo durante la pandemia. A pesar de la resistencia inicial de la presidencia municipal por el Covid-19, los supervisores vieron que respetábamos las normas y eso cambió la percepción”, destacó.

El tianguis tuvo un gran éxito. Las ventas fueron excelentes y los productos como tamales, atole, café y quesadillas se agotaban rápidamente. Cada puesto ofrecía algo único, sin competencia entre ellos, ya que todos preparaban platos diferentes. La mayoría de los clientes venía a comprar y llevarse sus productos.

Convencer a las autoridades locales fue todo un desafío, ya que suelen restringir el ambulantaje y confiscar mercancías. Sin embargo, gracias a su organización, el tianguis demostró no ser una molestia y se ganó la aceptación de la comunidad.

Hoy, cuatro años después, el tianguis nocturno ha crecido significativamente. Han participado en la mejora de su entorno pintando el jardín de niños, colocando lámparas y pintando las banquetas. Respetan la movilidad de quienes visitan las farmacias cercanas y evitan conflictos con los vecinos para mantener un buen ambiente.

El mercado ha expandido su área hasta la calle Santa Gertrudis y planea instalar una gran lona para proteger a los clientes y puestos de la lluvia. El Dandy menciona que, a pesar de la pandemia, las 40 fundadoras siguen trabajando, con un 80% de mujeres en el grupo. En ocasiones, tienen hasta 80 puestos, aunque el día de la entrevista se redujeron a 60 para evitar el desorden.

No se venden bebidas alcohólicas ni animales, y la variedad de mercancías es amplia, desde ropa hasta accesorios para celulares. La comida también es diversa, con vendedores como Ángel Ortega, quien vende “carnitas” que se acaban rápidamente.

Alejandra Blas Salvador, una de las fundadoras, destaca que las ventas de plátanos, papas fritas y alitas de pollo de su hija son fundamentales para su economía familiar. Estela Valeriano Bailón, junto con su esposo e hijos, vende bebidas frías y recuerda cómo la familia superó una gripe en 2020 que pudo haber sido Covid-19.

Aunque no se celebró el cuarto aniversario debido a razones personales de “El Dandy”, el tianguis sigue siendo una fuente vital de ingresos. A lo largo de las entrevistas, se observó que los policías municipales patrullan el área, asegurando que el tianguis se mantenga organizado y sin invasiones a las calles laterales.

En resumen, el tianguis nocturno de La Providencia no solo ha sido una red de apoyo económico sino también un ejemplo de cómo la solidaridad y la organización comunitaria pueden transformar una crisis en una oportunidad de éxito.

Autor Itzel G. Bandala

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