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El experto en asuntos bilaterales México-Estados Unidos, el doctor José María Ramos, subraya la complejidad de adoptar políticas de desarrollo para frenar la emigración en ambos países, a pesar de los acuerdos migratorios implementados por la administración del presidente Joe Biden.
El gobierno de Biden ha optado por un enfoque humanitario, ordenado y seguro, marcando un contraste significativo con la administración anterior de Donald Trump. Sin embargo, según Ramos, esto no garantiza una gobernanza eficaz ni una corresponsabilidad migratoria, lo que podría convertir el tema migratorio en un punto crítico en la próxima elección presidencial de noviembre de 2024.
Durante la reciente visita del secretario de Estado Antony Blinken a México, se expresó una creciente preocupación por la movilidad humana, registrando 7 millones de encuentros y 460 mil personas expulsadas. Estos números, en solo siete meses bajo la administración Biden, superan las cifras de expulsiones de todo el año fiscal 2019.
La reunión entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y Biden, en la Ciudad de México, fue precedida por el cierre temporal de cruces fronterizos y la interrupción de la actividad comercial, generando pérdidas millonarias.
El acuerdo entre ambos líderes, respaldado por funcionarios como Alejandro Mayorkas y Liz Sherwood Randall, destaca varios puntos clave:
- Fomento de una migración ordenada, humana y regular: Este enfoque refleja la política migratoria actual de Estados Unidos.
- Abordar el origen de los éxodos: Se destaca la Iniciativa Conjunta para cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos.
- Esfuerzos contra el tráfico de personas: Aunque se ha propuesto, Ramos señala que los logros en los últimos 10 años son limitados.
- Promoción de vías legales de movilidad humana: Una propuesta ya planteada por la administración actual.
- Inversión en programas de desarrollo: Se menciona la falta de prioridad en este ámbito, tanto a nivel bilateral como hemisférico.
Ramos sostiene que, a pesar de estos acuerdos, la movilidad humana no se reducirá a corto y mediano plazo. Señala la complejidad política, financiera y económica de los acuerdos propuestos, así como la falta de corresponsabilidad regional con los países emisores de migrantes.
En cuanto a la crisis en la frontera, Ramos destaca la contradicción en la política de Biden, que, a pesar de ofrecer diversas opciones de inmigración, también enfrenta críticas por provocar una crisis en la seguridad fronteriza. El sistema inmigratorio de Estados Unidos se describe como burocrático y con escaso personal para gestionar las solicitudes de asilo y visas.
En conclusión, mientras se promueven acuerdos aparentemente humanitarios, los desafíos políticos y estructurales persisten, y la eficacia a largo plazo de estas medidas aún está por verse.
