En un giro inesperado, la alianza entre el PAN y el PRI en Coahuila ha llegado a su fin, desencadenada por tensiones surgidas en la definición de candidaturas y alegatos de incumplimiento de pactos preexistentes. El presidente nacional del PAN, Marko Cortés, acusó al gobernador Manolo Jiménez de no cumplir con un acuerdo firmado en 2023, el cual, según Cortés, abarcaba más que simples definiciones de candidaturas.
La discordia se intensificó cuando Cortés reveló públicamente el contenido del acuerdo, que incluía la distribución de notarías, direcciones de universidades, el instituto de transparencia y oficinas de recaudación, aspectos que el PAN alega que le corresponden. Este señalamiento provocó críticas de Morena, sosteniendo que muestra cómo la derecha ve las instituciones públicas como un “botín”.
La disputa se desató el martes cuando Marko Cortés demandó al gobernador el cumplimiento del acuerdo, específicamente en la definición de la candidatura del municipio de Torreón y otras demarcaciones. Horas después, Cortés hizo público un documento firmado por él, Alejandro Moreno del PRI y Manolo Jiménez, detallando las porcentajes y áreas que, según el pacto, debían pertenecer al PAN.
La respuesta del PRI en Coahuila fue que el PAN no logró los votos prometidos en la elección de 2023, incumpliendo así con lo acordado. No obstante, Alejandro Moreno anunció más tarde que cederían espacios al PAN para la elección federal, sin hacer mención a las candidaturas municipales.
En un cierre sorpresivo, minutos antes de la medianoche del martes, el PRI formalizó una alianza con el PRD y UDC en Coahuila, excluyendo al PAN, que ahora se verá obligado a participar en las elecciones locales de forma independiente.
El líder de Morena, Mario Delgado, aprovechó la situación para criticar las prácticas políticas de la derecha y el PRI, describiendo el acuerdo como una alianza de intereses para negociar cargos. Según Delgado, esto ilustra cómo ven las instituciones públicas como un “botín” para sus propios intereses, sin un proyecto claro para el país o las entidades que gobiernan. La ruptura de la alianza deja a los partidos en una encrucijada, planteando dudas sobre la estabilidad política y electoral en Coahuila.