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En el marco del noveno aniversario de su designación como Patrimonio Mundial de la UNESCO, el Acueducto del Padre Tembleque revela un enigma oculto: la presencia de misteriosos símbolos en su arquería principal.
Desde 1960, el erudito Ángel María Garibay desentrañó este enigma al identificar 40 de estos jeroglíficos. El legado continuó en 2010, cuando el historiador Gerardo Bravo Vargas registró un total de 73 símbolos en la misma estructura.
Aunque ambos estudiosos coinciden en que estos grabados datan de la época de su construcción, discrepan en sus orígenes. Mientras Garibay sugiere un posible linaje hispánico, Bravo defiende su conexión con la cultura prehispánica.
Hoy en día, estos enigmáticos símbolos, muchos de ellos representando las fases de la luna o estrellas celestiales, destacan en la parte superior de la arquería principal, pintados en un blanco contrastante.
El Acueducto del Padre Tembleque, una hazaña hidráulica del siglo XVI guiada por el fraile franciscano Francisco de Tembleque, sigue maravillando con sus 68 arcos que crecen en tamaño a medida que se extienden, alcanzando una altura impresionante de 38.75 metros sobre el suelo. La construcción, realizada íntegramente por manos indígenas, sirvió como respuesta a la apropiación del líquido vital por parte de los colonizadores españoles.
La monumental Arquería de Tepeyahualco, ubicada en los límites de los estados de México e Hidalgo, se extiende a lo largo de 48 kilómetros, con 38 de ellos desde los manantiales del volcán de Tecajete hasta Otumba. Un ramal adicional de 10 kilómetros abastecía a las comunidades de Zacuala y Zempoala. Con un 95 por ciento de su extensión bajo tierra, esta obra maestra de ingeniería aseguró un suministro de agua constante, propiciando el florecimiento de numerosas comunidades.
Si resides en la Ciudad de México o el Estado de México y deseas explorar este tesoro histórico, dirígete al municipio de Axapusco, colindante con Villa de Tezontepec, Hidalgo. Para los habitantes de Pachuca y sus alrededores, el acceso desde Zempoala está señalizado. Se recomienda visitar en fines de semana, cuando la afluencia de visitantes es mayor y la vigilancia está reforzada.
