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Las alcaldías de Hidalgo están lidiando con una deuda acumulada cercana a los 200 millones de pesos en laudos, con Singuilucan representando una parte significativa de 22 millones de pesos reclamados por 23 trabajadores.
Oscar Javier González Hernández, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del Estado de Hidalgo, ha revelado que los alcaldes pueden enfrentar estos pagos mediante convenios diferidos, gestionados a través del Tribunal de Arbitraje para asegurar su validez legal. “Estamos instando a las administraciones actuales a que salden los laudos que se les han impuesto. Estoy colaborando estrechamente con ellos para resolver estas situaciones”, comentó.
Actualmente, la Secretaría del Trabajo está trabajando en conjunto con la alcaldía de Singuilucan para abordar la falta de liquidez que limita su capacidad de pago debido a su presupuesto reducido.
Cabe destacar que Singuilucan hereda una deuda millonaria en laudos de 23 trabajadores, una situación que no se originó en la administración actual, sino que fue arrastrada por el gobierno municipal vigente.
Otros municipios con altos montos en laudos incluyen Acaxochitlán, Pachuca y Tizayuca. En estos casos, los alcaldes ya están trabajando para reunir el dinero necesario para liquidar las demandas laborales, con el objetivo de dejar sus administraciones lo más despejadas posible para las nuevas autoridades que asumirán el cargo el 5 de septiembre.
González señaló que los municipios con dificultades económicas deben buscar maneras de cumplir con las obligaciones legales dentro de su presupuesto de egresos para cubrir estas deudas. Esta obligación es una competencia de la Asamblea.
El funcionario también indicó que, a pocas semanas de concluir el periodo 2020-2024 de los gobiernos municipales, su dependencia no ha recibido denuncias por despidos injustificados. Además, mencionó que, siguiendo las directrices del Gobierno del Estado, se reunirá con los presidentes municipales electos para asegurar que los cambios en el personal sean manejados con cautela. Aunque la transición aún no ha comenzado formalmente, el tiempo para ello se está agotando.
