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A partir de 2030, los ganaderos en Dinamarca enfrentarán un impuesto de 300 coronas (aproximadamente 30 euros) por tonelada de CO2 equivalente, incrementándose a 750 coronas en 2035.
Dinamarca será pionera al imponer un impuesto a los gases de efecto invernadero producidos por vacas, ovejas y cerdos, como parte de su estrategia para reducir las emisiones de dióxido de carbono, uno de los principales causantes del calentamiento global. Esta medida busca recortar las emisiones en un 70% respecto a los niveles de 1990 para el año 2030, según un comunicado del gobierno danés.
El ministro de Hacienda, Jeppe Bruus, detalló que a partir de 2030, los ganaderos pagarán un impuesto inicial de 300 coronas (alrededor de 30 euros) por tonelada de dióxido de carbono equivalente, que aumentará a 750 coronas en 2035. Gracias a una deducción del 60% en el impuesto sobre la renta, el costo real comenzará en 120 coronas y se elevará a 300 coronas para 2035.
Bruus afirmó que este paso es crucial para alcanzar la neutralidad climática en 2045 y destacó que Dinamarca será el primer país en el mundo en implementar un impuesto real al CO2 en la ganadería, esperando que otros países sigan su ejemplo.
Aunque Nueva Zelanda había aprobado una ley similar para 2025, la normativa fue retirada tras fuertes críticas de los ganaderos y un cambio de gobierno en las elecciones de 2023. Finalmente, Nueva Zelanda optó por excluir a la ganadería de su esquema de impuestos sobre emisiones, explorando otras formas de reducir el metano.
La medida fue acordada la semana pasada entre el gobierno, representantes ganaderos, la industria y sindicatos, y ahora debe ser aprobada en el parlamento danés, donde se espera que pase sin problemas debido al amplio consenso logrado.
Según estadísticas danesas, al 30 de junio de 2022, había 1.484.377 vacas en Dinamarca, ligeramente menos que el año anterior. Una vaca danesa típica produce 6 toneladas métricas de CO2 equivalente al año. Dinamarca, gran exportador de productos lácteos y porcinos, también aplicará este impuesto a la ganadería porcina, aunque las vacas generan emisiones significativamente mayores que los cerdos.
