La revolución de la Inteligencia Artificial (IA) se encuentra en pleno auge, un año después del lanzamiento de ChatGPT por OpenAI, respaldada por Microsoft. Sin embargo, la reciente crisis en OpenAI ha revelado que son las gigantes tecnológicas (BigTech) las que están liderando el camino.
Empresas como Microsoft, Amazon, Google y X están realizando inversiones masivas en investigación y desarrollo de inteligencia artificial, buscando crear nuevos productos y servicios basados en la información detallada obtenida de los usuarios.
OpenAI, pionero en el campo de la IA, lanzó hace un año ChatGPT, una aplicación que se convirtió en la más rápidamente adoptada en la historia y atrajo una inversión de 13 mil millones de dólares de Microsoft.
La figura central en esta revolución es Sam Altman, quien lidera OpenAI y ha reorientado la empresa hacia la rentabilidad, generando conflictos con la junta directiva. Sin embargo, fue reintegrado a su puesto con el respaldo de Microsoft, subrayando la prioridad de la empresa: continuar el desarrollo de la IA, relegando la seguridad y la ética.
Amazon, por su parte, busca atraer a grandes clientes a su servicio de computación en la nube AWS con un nuevo chatbot para empresas llamado Q. Este servicio tiene como objetivo aumentar la productividad de los trabajadores y ofrecer protección contra daños legales y de reputación derivados del uso de inteligencia artificial.
Google ha incorporado la IA en numerosos productos, incluyendo teléfonos móviles y su motor de búsqueda, y ha lanzado su propio chatbot de IA generativa llamado Bard para competir con ChatGPT.
Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, también ha incursionado en la IA con su empresa xAI, lanzando Grok, un chatbot que promete brindar mayor libertad al usuario. Aunque Grok está disponible solo para un pequeño grupo de usuarios que pagan una suscripción mensual, destaca por tener acceso en tiempo real al conocimiento derivado de las publicaciones en la plataforma X.
El siguiente capítulo en la historia de la IA también contará con la participación de Nvidia, fabricante de unidades de procesamiento gráfico (GPU), un componente esencial para entrenar la inteligencia artificial generativa.
Con un creciente número de empresas involucradas en el desarrollo de modelos de IA y la comercialización de nuevos productos basados en esta tecnología, Nvidia se posiciona como un actor clave en esta competencia, ya que experimentará una alta demanda de chips para cómputo, memoria e interconexión.