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Joe Biden y Donald Trump, líderes políticos enfrentados, realizaron visitas simultáneas a la frontera entre Estados Unidos y México en Texas. Este inusual enfrentamiento se produce en medio de la creciente preocupación sobre la migración ilegal, un tema crucial en la campaña electoral.
Trump, representante del Partido Republicano, llegó a Eagle Pass, Texas, mientras que Biden, del Partido Demócrata, aterrizó en Brownsville, a unas 300 millas de distancia. Estas visitas, a menos de ocho meses de las elecciones, resaltan la importancia de la cuestión fronteriza, especialmente para Biden.
La presencia de ambos políticos ocurre en un momento clave, ya que un juez bloqueó temporalmente una ley de Texas promovida por el gobernador Abbott, que permitía la detención y expulsión de migrantes que cruzaran la frontera de manera no autorizada y permanecieran en el estado.
Biden, en su segundo viaje a la frontera desde que asumió el cargo, se reunió con agentes de la patrulla fronteriza y pronunció un discurso instando a los republicanos a dejar de bloquear sus reformas migratorias. Acompañado por Alejandro Mayorkas, jefe de inmigración, Biden busca mostrar cómo sus políticas están abordando la situación en la frontera.
Por su parte, Trump, conocido por su postura antiinmigración, describió la frontera como una “escena del crimen” y prometió implementar un amplio programa de deportaciones si regresa a la Casa Blanca. La retórica de Trump se ha vuelto cada vez más extrema, culpando a los inmigrantes de diversos problemas en Estados Unidos.
El viaje de Biden a Brownsville busca destacar el éxito de sus medidas fronterizas, mientras que Trump enfatiza la necesidad de una mano dura en la frontera. Las diferencias entre ambos reflejan las divisiones políticas en Estados Unidos sobre la migración.
A pesar de las estrategias opuestas, ambas visitas subrayan la importancia que la migración ha adquirido en la política estadounidense y la presión sobre Biden para abordar efectivamente este tema. Las encuestas muestran que la inmigración es una debilidad para Biden, lo que destaca la relevancia de este enfrentamiento político en la frontera.
