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El 25 de julio de 2024, Ismael “El Mayo” Zambada García, líder del cártel de Sinaloa, fue arrestado en Texas por agentes de la DEA. La operación, resultado de una larga vigilancia, culminó con la captura de uno de los narcotraficantes más buscados de México.
Zambada, de 76 años, enfrenta cargos por manufactura y tráfico de fentanilo, además de otras actividades criminales. Su arresto podría significar una condena de cadena perpetua si es hallado culpable de los cargos que se le imputan.
La detención se produce en un momento en que su hijo, Jesús Vicente Zambada Niebla, conocido como “El Vicentillo”, es testigo protegido del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Esta situación ha generado especulaciones sobre si “El Mayo” se entregó voluntariamente como parte de un acuerdo con las autoridades estadounidenses.
El impacto de este arresto en el cártel de Sinaloa podría ser significativo, ya que Zambada es considerado una figura clave en la organización. Su captura marca un hito en los esfuerzos de la DEA por desmantelar el cártel y combatir el narcotráfico en la región.
Las autoridades mexicanas y estadounidenses han colaborado estrechamente en este caso, destacando la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado. La caída de “El Mayo” Zambada es vista como una victoria importante, aunque los desafíos en la guerra contra las drogas continúan siendo enormes.
El futuro del cártel de Sinaloa, sin su histórico líder, es incierto. La organización podría enfrentar luchas internas por el control y una posible fragmentación, lo que abriría nuevas dinámicas en el panorama del narcotráfico en México y Estados Unidos.
