El calvario en #Gaza: las #Madres de rehenes #Israelíes hablan del horror vivido.

Tras 15 meses de cautiverio en Gaza, Daniella Gilboa no ha perdido el tiempo en recuperar su vida. Se comprometió con su novio de siempre y hasta se animó a cantar en una fiesta junto a otros rehenes liberados al salir del hospital.

“Daniella está feliz de ser libre, de poder hacer lo que le gusta sin restricciones”, contó su madre, Orly Gilboa. Sin embargo, sabe que hay heridas más profundas. “Esto es solo la superficie, hay mucho que procesar y seguro lo veremos con el tiempo”.

Lo mismo ocurre con Naama Levy y Liri Albag, liberadas junto a Daniella el pasado 25 de enero. Aunque ya están en casa y parecen bien físicamente, pasaron 477 días prisioneras en Gaza. La recuperación apenas comienza. “Naama duerme en su cuarto de niña rosa, pero prefiere compartir la cama con su madre por las noches”, comentó su madre, Ayelet Levy Shachar.

Las tres jóvenes eran apenas adolescentes cuando fueron secuestradas el 7 de octubre de 2023. Cumplían su servicio militar obligatorio como “observadoras” en el kibutz Nahal Oz, cerca de Gaza. Su misión era vigilar e informar movimientos en la zona, sin estar armadas. Pero ese día, un brutal ataque de Hamas dejó 1,200 israelíes muertos y 250 secuestrados. Entre ellos, Daniella, Liri y Naama, junto a otras cuatro jóvenes: Karina Ariev, Agam Berger, Ori Megidish y Noa Marciano. Ori fue rescatada poco después, pero Noa fue asesinada en Gaza. Karina fue liberada el 25 de enero, mientras que Agam volvió a casa cinco días después.

Uno de los momentos más aterradores quedó registrado en un video de Hamas: las rehenes, alineadas contra una pared, con las manos atadas y los rostros salpicados de sangre. Ese mismo día, Ayelet vio a su hija Naama arrastrada del cabello, con los pantalones ensangrentados, y subida a un vehículo. Esa imagen se volvió una de las más impactantes del ataque.

Durante su cautiverio, Naama llegó a escuchar entrevistas de su madre en la radio y ver videos de su familia pidiendo su regreso. “Saber que hablábamos de ella le dio fuerza para resistir”, aseguró Ayelet. Naama resultó herida por metralla aquel día y, aunque logró sacar algunos fragmentos de su piel, otros permanecen en su cuerpo.

Orly, la madre de Daniella, sabe que su hija recibió un disparo en la pierna, pero no ha querido presionarla para que hable. “Ella decidió no contarme aún todo lo que vivió. Cuando esté lista, lo hará”, dijo.

Las madres han conocido poco a poco detalles de lo que pasaron sus hijas. “Liri estuvo cautiva en casas de civiles, donde la obligaban a limpiar, cocinar y enseñar inglés a los niños”, contó su madre, Shira Albag. Pero no recibieron buen trato. “No hubo ninguna humanidad en sus captores”, aseguró.

Amit Soussana, una rehén liberada antes, reveló que Liri le salvó la vida. “Los militantes pensaban que era soldado y la golpeaban para que confesara. Liri intervino y convenció a los captores de que no era cierto”, relató. Pero Liri aún no ha querido hablar del tema.

El regreso de las jóvenes se dio en un acto organizado, donde desfilaron con uniformes verdes y recibieron certificados de liberación. Sin embargo, las secuelas del cautiverio son visibles. “Daniella me dijo: ‘Mamá, si me hubieran liberado hace dos meses, me vería como Eli'”, recordó Orly, en referencia a su primo Eli Sharabi, quien también estuvo secuestrado y regresó demacrado.

Aún hay 73 rehenes en manos de Hamas, algunos posiblemente fallecidos. La presión internacional sigue en aumento para lograr su liberación, mientras el conflicto no da tregua. “Necesitamos que todos regresen a casa, y lo necesitamos ahora”, enfatizó Ayelet.

El horror que estas jóvenes vivieron en Gaza será algo que las acompañará siempre, pero sus familias siguen luchando por reconstruir sus vidas. ✨

Autor Itzel G. Bandala

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