El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que la presencia del crimen organizado en Guerrero se ha enraizado desde hace tres sexenios y ha experimentado un crecimiento significativo en este periodo.

Durante su conferencia, señaló que el fortalecimiento del crimen organizado en las comunidades guerrerenses, así como su incursión a través de los partidos políticos, ha sido una problemática persistente en el país que se ha estado combatiendo gradualmente.
López Obrador mencionó la promoción de acuerdos entre diversas facciones del crimen organizado auspiciados por el clero, destacando incidentes como la toma de Chilpancingo hace algunos meses, donde se evitó caer en provocaciones y se optó por la retirada de la Guardia Nacional para evitar confrontaciones.
El presidente atribuyó el crecimiento de la delincuencia en Guerrero en gran medida al abandono que sufrieron los jóvenes durante el periodo neoliberal, destacando los esfuerzos de su administración para implementar políticas específicas de atención a este sector, como el programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
En cuanto a la actuación de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional en las calles, López Obrador enfatizó la importancia de evitar provocaciones, priorizando el uso de la inteligencia sobre la fuerza y evitando enfrentamientos o la detención de líderes del crimen organizado.
Finalmente, el mandatario señaló que enfrentan resistencias desde diversos sectores, incluyendo la corrupción en el sistema judicial, donde casos de impunidad han sido evidentes tanto en delitos relacionados con el crimen organizado como en la delincuencia de cuello blanco.