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Este viernes, Argentina contraatacó con firmeza las recientes afirmaciones del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien había tildado a su homólogo argentino, Javier Milei, de “malparido”. Maduro había acusado a Milei de estar implicado en una supuesta conspiración para suspender las elecciones venezolanas programadas para el 28 de julio.
El portavoz de la Presidencia de Argentina, Manuel Adorni, declaró con contundencia: “Maduro es un dictador, un personaje que, de hecho, siempre lo ha sido. Las palabras de un dictador no merecen un análisis serio, ya que provienen de alguien con valores éticos y morales completamente distorsionados, en oposición a los principios de democracia que defendemos.”
En un movimiento significativo, la Cancillería Argentina también anunció que ha decidido reincorporarse a la Corte Penal Internacional (CPI), retomar el informe de 2018 sobre la situación en Venezuela, del cual se había apartado en 2021. Esta decisión se produce tras el deterioro político y de derechos humanos en Venezuela, según la Cancillería.
Argentina, bajo la presidencia de Mauricio Macri, había sido una de las seis naciones que impulsaron una denuncia ante la CPI para investigar posibles violaciones a los derechos humanos en Venezuela, junto a Canadá, Colombia, Chile, Paraguay y Perú. Sin embargo, el país se retiró de esta denuncia en 2021 con Alberto Fernández en la presidencia.
Por otro lado, en un mitin en Petare, Maduro arremetió contra Milei y el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, sugiriendo que ambos estarían detrás de un plan para interrumpir las elecciones en Venezuela. Maduro aseguró: “Conocemos su plan, buscan provocar una tragedia para justificar la suspensión de las elecciones. Les advierto que estamos preparados y el 28 de julio, llueva, truene o relampaguee, habrá elecciones presidenciales en Venezuela. Nadie podrá sabotearlas.”
