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Esta fecha conmemora la última misa antes de la Pasión de Cristo, reviviendo el momento de la Última Cena según los relatos bíblicos.
Bajo la dirección de monseñor Domingo Díaz Martínez, arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, la misa de Institución de la Eucaristía atrajo a una nutrida asistencia. Durante este ritual, se lavaron simbólicamente los pies de doce niños, quienes lucían ataviados como los apóstoles.
El tono de la ceremonia fue solemne, reflejado en la presencia de numerosas religiosas vestidas de negro y cánticos que evocaban solemnidad. Monseñor, en su homilía, cuestionó las motivaciones egoístas de aquellos que buscan la riqueza individual, enfatizando la importancia del enriquecimiento espiritual compartido.
Siguiendo la tradición de la Semana Santa, los sacerdotes de la catedral lavaron los pies de los jóvenes representando a los discípulos de Cristo. En sus palabras, el arzobispo resaltó el simbolismo de este gesto, considerándolo como una preparación para acompañar a Jesús en el Reino de los Cielos.
Al concluir la misa con una procesión para resguardar al Santísimo en el Día de la Pasión, los ornamentos de la catedral se cubrieron con telas moradas, en señal de duelo por la muerte de Cristo.
