México podría enfrentarse a una dura represalia de Estados Unidos si finalmente se confirma que el decreto que prohíbe el uso de maíz genéticamente modificado para consumo humano viola el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Así lo advirtió Homero García de la Llata, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), justo cuando salió a la luz que el fallo preliminar de los expertos que analizaron el tema fue en contra de nuestro país.
De acuerdo con García, si el panel de expertos decide que México ha quebrantado las reglas del T-MEC, Donald Trump y su gobierno podrían imponer aranceles como represalia, lo que sería un golpe fuerte para la economía mexicana. “El nuevo gobierno de Trump puede responder con tarifas que nos afecten gravemente”, explicó el líder ganadero.
El 22 de octubre pasado, Estados Unidos y Canadá recibieron un fallo preliminar favorable en el que se señala que la prohibición del maíz transgénico para consumo humano en México podría ir en contra de los compromisos del tratado.
Sin embargo, México no se ha quedado de brazos cruzados y presentó nuevos argumentos que podrían cambiar el rumbo de la decisión final, que se tomará el próximo 14 de diciembre.
El impacto de los aranceles: becerros mexicanos en la cuerda floja.
Para el presidente de la CNOG, este fallo negativo puede traer consecuencias serias, como aranceles a productos clave que México exporta a Estados Unidos. “Los becerros mexicanos estarían bajo esa amenaza”, señaló García, recordando que este es uno de los productos más importantes que exportamos a nuestro vecino del norte.
Además, agregó que el estilo de negociación de Trump será diferente, pues promoverá medidas proteccionistas que podrían afectar no solo a los becerros, sino también a otros productos agropecuarios mexicanos. Sin embargo, aclaró que, aunque las tensiones puedan aumentar, el T-MEC sigue firme y el acuerdo comercial no está en peligro.
Así que, mientras esperemos el fallo definitivo, todos los ojos están puestos en las posibles repercusiones económicas que podría tener esta disputa sobre el maíz transgénico. ¿Nos salvarán los nuevos argumentos o Estados Unidos nos dejará con una factura más alta? Solo el tiempo lo dirá.