Elon Musk, el hombre más rico del planeta, ha tomado un rol crucial en la transición de poder hacia la administración de Donald Trump. Sin ningún cargo oficial, Musk se ha consolidado como un individuo con una influencia extraordinaria, asistiendo a casi todas las reuniones que el presidente electo ha realizado en su residencia de Mar-a-Lago, Florida. Desde estrechar vínculos con la familia Trump hasta buscar posiciones estratégicas para sus aliados de Silicon Valley, el alcance de Musk parece no tener límites.
El martes, Trump anunció que Musk dirigirá el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental, una entidad enfocada en reducir la burocracia federal. Sin embargo, la verdadera influencia de Musk va más allá de este puesto, ya que ha estado activamente involucrado en reuniones clave y ha apoyado nombramientos estratégicos como el del senador Rick Scott, quien se convertirá en líder de la mayoría del Senado.
La cercanía de Musk con el círculo de Trump no es un secreto. En Mar-a-Lago, ha sido recibido con entusiasmo comparable al propio presidente electo. Durante una cena reciente, se le ovacionó cuando entró al comedor, subrayando el respeto que ha ganado entre los colaboradores de Trump. Incluso ha participado en reuniones de seguridad nacional junto a figuras importantes como Stephen Miller y Donald Trump Jr., además de mantener llamadas con líderes extranjeros, como los presidentes de Turquía y Ucrania.
El multimillonario ha utilizado su tiempo en Mar-a-Lago para promover políticas y propuestas que resuenan con la filosofía de Trump. Ha sugerido eliminar el Departamento de Educación y ha instado a que todos los empleados federales envíen un informe semanal de sus logros. En público, ha mostrado su respaldo a decisiones controversiales, como no otorgar cargos de seguridad nacional a figuras como Mike Pompeo y Nikki Haley, mientras que detrás de cámaras ha presionado para que ciertas designaciones sean más afines a sus intereses y a los de sus aliados.
No es sorpresa que Musk haya recomendado a personas de su círculo para puestos importantes en la administración de Trump. Por ejemplo, ha propuesto a colegas de SpaceX y a inversionistas tecnológicos como Tim Hughes y Terrence J. O’Shaughnessy para roles estratégicos. Además, David Sacks, un viejo socio de PayPal, ha establecido una línea directa con Trump, y Palmer Luckey, cofundador de la empresa militar Anduril, ha sido alentado por Musk para colaborar de alguna manera con el nuevo gobierno.
A medida que se desarrolla esta transición, la relación entre Musk y Trump parece fortalecerse, a tal punto que el empresario es tratado casi como un miembro de la familia. En un evento reciente, Trump lo invitó a posar para una foto familiar, subrayando el rol prominente que ha asumido el fundador de Tesla y SpaceX en esta nueva era de la administración estadounidense. Las implicaciones de esta alianza aún están por verse, pero queda claro que Musk planea dejar su marca en el próximo capítulo político de Estados Unidos.