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Emblemático Monte #Tezontle, Símbolo de #Tulancingo

En el horizonte urbano de Tulancingo resalta una destacada elevación identificada como el Monte Tezontle, erigiéndose como un distintivo representativo de la ciudad.

Dedicado en homenaje a la piedra volcánica que lo conforma, el Monte Tezontle exhibe sus aproximadamente 58 metros de altura a escasas manzanas de la Catedral. Este tipo de piedra volcánica no solo agrega singularidad al relieve, sino que también se utiliza en la pavimentación de vías, en la manufactura de bloques y, cuando se tritura adecuadamente, como un sustituto de la arena.

Este ícono de Tulancingo, ubicado a corta distancia del núcleo de la ciudad, precisamente en la calle de Hidalgo, cerca del conocido “Tulantianguis”, ha sido testigo de diversas historias, algunas de ellas con tintes trágicos.

En la década de los 90, este lugar fue escenario de eventos sombríos, incluyendo sucesos de suicidio, y hasta el día de hoy, las grutas que se encuentran en el monte son utilizadas como refugio por algunos ciudadanos sin hogar, creando una atmósfera que oscila entre lo olvidado y lo habitado.

Sin embargo, el Monte Tezontle también está impregnado de leyendas locales, desde cuentos de brujas hasta nahuales, transmitidas de boca en boca. La realidad es que este sitio fue uno de los primeros asentamientos en la región, con indicios de su relevancia durante la época de la Independencia, cuando sirvió como bastión y se rumorea sobre un enigmático “pasaje oculto” que conecta el centro de la ciudad con su cima.

A pesar de su pasado tumultuoso, el Monte Tezontle permanece firme, sin deslizamientos, conservando su integridad y sirviendo como punto de referencia para diversos habitantes, incluyendo a las colonias Francisco I. Madero y Lindavista, donde numerosas residencias se asientan en esta prominencia, convirtiéndolo en un elemento icónico en el panorama local.

Una de las leyendas más conocidas de este lugar se refiere a los primeros habitantes del monte, compuestos por indígenas y mestizos de Santa Ana Hueytlalpan y Acaxochitlán, vinculados por nexos culturales. Antes existía un camino que conectaba estas demarcaciones y pasaba por Metilatla.

Los pobladores del monte fueron desplazados del centro de la ciudad que emergía, destacándose entre ellos siete mujeres con nombres de aves: Alondra, Urraca, Golondrina, Paloma, Mirla, Mirta y Clorinda.

La mujer más joven, Alondra, contrajo matrimonio con un hombre campesino de Acaxochitlán, siguiendo la recomendación de sus compañeras. Después de celebrar la unión, la pareja partió del municipio hacia su nuevo hogar. Al llegar a Tulancingo, el esposo de Alondra notó que en lugar de dirigirse a la casa de su familia, ella se encaminó directamente hacia las grutas del Monte Tezontle. Fue entonces cuando presenció a su esposa participando en un aquelarre.

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Autor Itzel G. Bandala

Un comentario

  1. J. Santos Marroquin M

    Es falso en nombre: Monte Tezontle.
    Nadie lo conoce por ese nombre.
    Toda la población y desde hace varios
    siglos lo llama CERRO DE TEZONTLE

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