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Este viernes por la mañana, los agentes de la Oficina de Investigación de la Corrupción (CIO) de Corea del Sur hicieron algo inédito: ingresaron a la residencia del presidente destituido, Yoon Suk Yeol, para ejecutar una orden de arresto en su contra, según reportó la Agencia de Noticias Yonhap.
Yoon, quien fue presidente hasta hace poco, está siendo investigado por varias causas, incluyendo la grave acusación de liderar una insurrección tras haber ordenado la ley marcial en diciembre, un acto que podría costarle la cadena perpetua o incluso la pena de muerte.
El martes pasado, un tribunal aprobó la orden de arresto contra Yoon, siendo esta la primera vez que un presidente en funciones es sometido a semejante medida. Esto agrava aún más la crisis entre los investigadores y el exmandatario. Ante esto, su equipo de seguridad respondió que “se seguirán los procedimientos legales” en relación con el arresto.
Hace un mes, Yoon fue destituido tras una votación en el Parlamento. Esto sucedió después de que varios miembros de su propio partido lo abandonaran por su negativa a dimitir tras el escandaloso decreto de ley marcial.
El expresidente, exfiscal de profesión, se ha mostrado desafiante, ignorando tres citaciones de los investigadores, quienes pidieron su cooperación para aclarar los hechos.
En una muestra de resistencia, Yoon prometió “luchar hasta el final” en defensa de su país, mensaje que transmitió a sus seguidores fuera de su residencia a principios de esta semana. Esta fue su primera declaración pública en semanas, luego de haberse mantenido alejado de la escena política tras su controversial decreto.
El 3 de diciembre, Yoon sorprendió a todos al declarar la ley marcial en un discurso nocturno. Según él, los legisladores de la oposición estaban “paralizando el funcionamiento del Estado” y la medida era necesaria para “proteger una Corea del Sur liberal” de las amenazas de “elementos antiestatales”.
Sin embargo, solo seis horas después, el Congreso votó para derogar la ley marcial, lo que generó una fiera reacción en todo el país, reviviendo los temores a una vuelta al autoritarismo.
Después de esos eventos, el caos político en Corea del Sur se intensificó. En las semanas siguientes, el parlamento destituyó a Han Duck-soo, primer ministro y presidente interino, tras votar también para quitar a Yoon del cargo. En su lugar, Choi Sang-mok, ministro de Finanzas, asumió la presidencia interina.
