En las zonas altas de Xochimilco, como Santa Cecilia Tepetlapa, el suministro de agua se realiza mediante un sistema de tandeo que llega dos veces por semana, aunque en las áreas periféricas la frecuencia se reduce a un solo día. Sin embargo, en colonias como Tizitlipa, donde no hay infraestructura hidráulica, el abastecimiento depende exclusivamente de las pipas de agua.
Lamentablemente, el servicio de pipas en Tizitlipa es irregular, como lo demuestra el caso de la calle Zapata, donde ha pasado un mes desde la última vez que llegó una pipa. Las familias se ven obligadas a almacenar agua en tambores para cubrir sus necesidades básicas, una situación que se ha vuelto común a lo largo de los años.
Viridiana Mendieta, residente de Tizitlipa desde hace 20 años, señala que han comprado más agua de la que han recibido del sistema público. Cada familia tiene derecho a dos tambores en las paradas de agua, pero la demanda supera la oferta, obligando a algunos residentes a comprar agua de forma privada a precios elevados.
La escasez de agua también se refleja en largas esperas para obtener una pipa. Viridiana cuenta cómo tuvo que esperar durante horas una semana para recibir el servicio, solo para terminar abandonando la fila debido a la demora. Otros residentes, como Rosa, han optado por comprar agua privada debido a la dificultad para inscribirse en las listas para recibir el servicio público.
Mientras tanto, en las afueras de Santa Cecilia, el suministro de agua se realiza por tandeo los fines de semana, aunque la situación varía según la ubicación dentro del pueblo. En áreas como Tototitla, el acceso al agua depende de pipas que llegan cada semana o cada quince días, y luego se distribuye a través de extensas redes de mangueras hasta llegar a las casas.
La falta de agua en estas comunidades de Xochimilco es un problema persistente que afecta a numerosas familias, que se ven obligadas a lidiar con un servicio público deficiente y costoso, así como largas esperas para obtener agua limpia y segura.