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En un inusual giro de eventos, Xóchitl Gálvez, líder del Frente Amplio por México (FAM), fue acompañada por un convoy militar compuesto por ocho vehículos y 17 soldados durante su gira en Nayarit. Esta medida de seguridad marca un cambio significativo en su protección personal.
La jornada de Gálvez comenzó temprano en un hotel en Guadalajara, Jalisco, donde se encontraba alojada. Al salir del hotel, se encontró con cuatro camionetas suburban, dos patrullas de la Guardia Nacional, dos camionetas descubiertas de la Secretaría de la Defensa Nacional con 12 soldados y una ambulancia. Cinco elementos vestidos de civil también se unieron a su escolta.
La caravana se dirigió a Ixtlán del Río, Nayarit, en un viaje que duró dos horas a una velocidad promedio de 90 kilómetros por hora. Xóchitl Gálvez viajó en la segunda camioneta del convoy.
En Ixtlán, la líder del FAM tuvo un desayuno privado con dirigentes de partidos políticos que forman parte del frente opositor. Cuatro soldados se apostaron cerca del restaurante para vigilar las calles aledañas. Luego, se llevó a cabo un encuentro con 300 habitantes de la localidad en un salón de eventos ubicado a menos de un kilómetro de distancia.
Esta inusual escolta militar se suma a la seguridad civil que suele acompañar a Xóchitl Gálvez en sus eventos públicos. La líder política expresó que su enfoque es acercarse a la gente y que la protección adicional brindada por los militares se enfoca en temas distintos. “Lo que ellos deben tener es más información de posibles temas de otro tipo; yo no me meto con nadie, pero soy respetuosa”, señaló.
Este desarrollo marca un cambio notable en la seguridad de la líder del FAM y ha llamado la atención en el ámbito político.
