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Estados Unidos ha respondido contundentemente a México, afirmando que la prohibición del maíz transgénico carece de base científica y legal, desafiando los compromisos del T-MEC. En un detallado documento, Estados Unidos insta al panel de expertos a concluir que las barreras impuestas por México son incompatibles con los términos del tratado.
La argumentación de Estados Unidos se centra en el consenso científico internacional que respalda la seguridad de los cultivos genéticamente modificados para el consumo humano y la salud de animales y plantas. Critica la decisión de México de prohibir abruptamente estos cultivos sin justificación científica.
A pesar de las modificaciones anunciadas por México en febrero de 2023, suavizando la prohibición del maíz transgénico para ciertos usos, como forraje y alimentos procesados, sigue manteniendo la prohibición para productos de consumo humano como las tortillas.
Estados Unidos destaca la significativa disminución en las exportaciones de maíz blanco a México desde la promulgación de las restricciones mexicanas, lo que considera como un efecto comercial directo de estas medidas.
El vecino del norte argumenta que las restricciones de México constituyen una discriminación injustificable entre países con condiciones similares y señala la larga historia de libre flujo de exportaciones de maíz estadounidense hacia México.
Se espera que el proceso de arbitraje arroje un veredicto preliminar en septiembre y uno final en noviembre, lo que podría tener importantes implicaciones para el comercio entre ambos países y para la regulación de cultivos transgénicos a nivel internacional.
