Estados Unidos anunció sanciones contra más de veinte funcionarios alineados con el presidente venezolano Nicolás Maduro, en un esfuerzo por presionarlo a aceptar los resultados de las elecciones presidenciales de julio, en las que el opositor Edmundo González fue reconocido como presidente electo. La administración estadounidense busca así incentivar una transición democrática en Venezuela.
Las sanciones, dirigidas a oficiales de la Guardia Nacional, la Policía Bolivariana y otras instituciones de seguridad del régimen, se suman a las medidas ya existentes que incluyen restricciones petroleras y licencias limitadas para empresas como Chevron. Según fuentes oficiales, estas acciones buscan debilitar el aparato represivo del gobierno de Maduro y generar divisiones internas en su administración.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, destacó que el pueblo venezolano expresó su decisión en las urnas el pasado 28 de julio y que la democracia exige respetar esa voluntad. En un mensaje difundido durante su participación en la cumbre del G20 en Brasil, reiteró el apoyo a González como presidente electo, subrayando la importancia de fortalecer el mandato democrático en Venezuela.
El anuncio de estas sanciones ocurre justo cuando se cumplen cuatro meses desde las elecciones, que estuvieron marcadas por denuncias de fraude y represión por parte del gobierno de Maduro. Funcionarios estadounidenses afirmaron que estas medidas forman parte del compromiso de la administración Biden para responsabilizar al régimen venezolano por su represión política y por sabotear la voluntad popular.
Las acciones de Washington han recibido el respaldo de los cancilleres del G7, quienes reafirmaron su apoyo a González en la transición democrática de Venezuela. Aunque las sanciones petroleras permanecen vigentes, un funcionario aclaró que estas se encuentran en constante revisión, con el objetivo de mantener presión sobre el régimen sin afectar los intereses comerciales internacionales.
Al ser consultados sobre la posible colaboración con el equipo de seguridad nacional del presidente electo Donald Trump en este tema, funcionarios estadounidenses evitaron dar detalles, pero reconocieron que la nueva administración, que tomará posesión en enero, podrá ajustar la estrategia hacia Venezuela según sus prioridades.
Este nuevo paquete de sanciones refuerza la postura de Estados Unidos en su lucha por restaurar la democracia en Venezuela, aunque enfrenta el desafío de mantener la presión internacional y garantizar que las medidas contribuyan a un cambio efectivo en la política del país sudamericano.