Europa se encara a su segundo invierno con una carestía de gas ruso después de que Moscú redujera las entregas drásticamente el año pasado debido a la invasión de Ucrania. La Comisión Europea señaló que la Unión Europea está avanzando hacia su objetivo de poner fin a su dependencia de los combustibles fósiles rusos durante esta década.
En un informe publicado el martes, Bruselas indica que se espera que las importaciones de gas ruso se reduzcan a 40,000-45,000 millones de metros cúbicos este año, en comparación con los 155,000 millones de metros cúbicos en 2021, el año anterior a la guerra en Ucrania. La UE ha impuesto sanciones a las importaciones rusas de carbón y petróleo por vía marítima.
A pesar de la disminución de las importaciones de gas ruso, la Comisión advierte que la crisis energética no ha terminado y que los mercados de energía siguen siendo vulnerables. La inflación es alta, y las infraestructuras críticas deben protegerse. Los países de la UE han aumentado las importaciones de otros proveedores y reducido significativamente el consumo de gas para compensar la pérdida de gas ruso. La energía solar y la energía eólica también han contribuido a reducir la demanda de gas.
Aunque se considera poco probable que se repitan los altos precios del gas del año pasado, los mercados globales siguen siendo volátiles, y los precios podrían subir en respuesta al frío o a nuevas crisis de suministro.
La Comisión también advirtió que los países de la UE no están expandiendo suficientemente la energía renovable para alcanzar su objetivo de obtener el 42.5% de su energía de fuentes renovables para 2030, casi el doble de la cuota actual. Publicó un plan de apoyo al sector eólico europeo para acelerar ese proceso.