El 26 de junio de 2024, el ex-presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue condenado por tráfico de drogas y posesión de armas en un tribunal federal de Nueva York. Hernández, quien lideró el país entre 2014 y 2022, fue hallado culpable de colaborar con narcotraficantes para transportar toneladas de cocaína a Estados Unidos.
La fiscalía demostró que Hernández utilizó su posición para proteger a narcotraficantes y facilitar sus operaciones a cambio de sobornos millonarios. Durante el juicio, se reveló que Hernández había trabajado estrechamente con importantes capos de la droga, incluyendo a Joaquín El Chapo Guzmán.
Hernández fue arrestado en Honduras en febrero de 2022 y extraditado a Estados Unidos en abril del mismo año. La evidencia presentada en el juicio mostró cómo Hernández convirtió a Honduras en un punto clave para el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos.
El veredicto de culpabilidad marca un hito histórico, siendo la primera vez que un ex-presidente hondureño es condenado por narcotráfico en Estados Unidos. La sentencia será anunciada en las próximas semanas, y se espera que Hernández enfrente una pena de cadena perpetua.
Este caso subraya la gravedad de la corrupción en Honduras y la complicidad de altos funcionarios en el tráfico de drogas. Las autoridades estadounidenses han enfatizado la importancia de esta condena como un mensaje contundente contra la corrupción y el narcotráfico en América Latina.
La condena de Hernández también pone en evidencia los desafíos que enfrenta Honduras en su lucha contra el crimen organizado y la necesidad de reformas profundas en su sistema político y judicial.