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Marielena Hoyo Bastien, exdirectora del reconocido zoológico, ha señalado la urgencia de tomar decisiones cruciales respecto al futuro del Zoológico de Chapultepec. Hoyo Bastien argumenta que el espacio, con sus 100 años de existencia, no solo ha dejado de cumplir su función de conservación y recuperación de especies, sino que también carece de un impacto educativo significativo para las familias y el público visitante.
En lugar de contribuir a la conservación, investigación y educación, Hoyo Bastien destaca que el zoológico ha optado por celebraciones festivas en lugar de inversiones en estudios científicos que evalúen su verdadero impacto en la sociedad a lo largo de los años.
La exdirectora enfatiza que es imperativo que el Zoológico de Chapultepec, así como otros zoológicos urbanos, evolucionen y se adapten a los tiempos modernos. Sugiere que estos espacios deben considerar la posibilidad de transformarse en museos de fauna silvestre nativa o reservas de animales.
Hoyo Bastien propone centrarse en la fauna nativa, que, aunque puede no ser tan atractiva para el público como elefantes y jirafas, representa una oportunidad para educar de manera más efectiva sobre la vida silvestre. En este contexto, destaca la importancia de utilizar las nuevas tecnologías, como imágenes en 3D y 4D, para educar a las nuevas generaciones sobre los animales de una manera más ética y respetuosa.
La exdirectora también plantea la posibilidad de transformar los zoológicos en santuarios o reservas, donde los animales puedan vivir en espacios amplios y lo más cercano posible a su hábitat natural, evitando la exhibición.
Hoyo Bastien, quien fue la primera mujer en dirigir el Zoológico de Chapultepec en 1983, recuerda con orgullo su época en la dirección y la remodelación total llevada a cabo en 1992-1994. Sin embargo, lamenta que la falta de inversiones en mantenimiento y cuidado haya llevado a un estado actual de abandono, deterioro y maltrato animal.
En este sentido, señala que es responsabilidad de las administraciones anteriores no haber invertido en el mantenimiento continuo del zoológico. Además, destaca las muertes de numerosos animales en los últimos años debido a la falta de un programa de conservación adecuado y la negligencia en el cuidado de la fauna silvestre.
En última instancia, Hoyo Bastien insiste en la necesidad de despedir al zoológico y dar paso a una transformación que se centre en la conservación y la educación, utilizando métodos más éticos y respetuosos hacia los animales.
