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Rubén Oseguera González, conocido como Menchito, hijo del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), lideraba un grupo armado altamente especializado, las Fuerzas Especiales de Alto Mando. Este equipo estaba encargado de protegerlo, utilizando armamento militar avanzado, incluidos cohetes de origen iraní y rifles calibre .50. En 2015, este grupo criminal demostró su capacidad de fuego al derribar un helicóptero militar en Jalisco, lo que resultó en la muerte de nueve agentes.
Las Fuerzas Especiales de Alto Mando reflejan el poder del CJNG, uno de los cárteles más peligrosos de México, y se han convertido en una de las organizaciones criminales más temidas del país. Este grupo no solo se encargaba de la protección de Menchito, sino que también participaba en numerosas actividades delictivas que contribuyen al control territorial del cártel en varias regiones de México.
Las autoridades mexicanas enfrentan serios retos para contener el poderío del CJNG, cuyos recursos y armamento superan en ocasiones a las fuerzas de seguridad locales y federales. La capacidad operativa de las Fuerzas Especiales de Alto Mando incluye no solo armamento pesado, sino también tácticas militares avanzadas que ponen en jaque a las autoridades.
Rubén Oseguera, detenido desde 2015, enfrenta varios cargos en Estados Unidos relacionados con tráfico de drogas y posesión ilegal de armas, y podría ser condenado a cadena perpetua. A pesar de su captura, el CJNG sigue operando con fuerza bajo el liderazgo de su padre, Nemesio Oseguera, alias El Mencho.
Los ataques y enfrentamientos violentos, como el derribo del helicóptero militar, subrayan la grave amenaza que representa este cártel para la estabilidad de la región. Aunque Menchito está bajo custodia, la estructura armada del CJNG sigue operativa, manteniendo el control de diversas zonas clave para el tráfico de drogas.
El CJNG ha demostrado una capacidad de adaptación y evolución alarmante, destacándose por su brutalidad y la sofisticación de sus operaciones. A medida que las autoridades continúan sus esfuerzos por desmantelar esta organización criminal, el futuro de la seguridad en México sigue siendo incierto debido a la influencia que el cártel ha logrado consolidar en distintas regiones del país.
