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Esta medida se considera seriamente en medio de los esfuerzos ucranianos por avanzar en su contraofensiva de varias semanas.
Un funcionario estadounidense informó a CNN que estas municiones tendrían un impacto significativo en el campo de batalla. Se espera que la Casa Blanca tome una decisión final en breve, y en caso de aprobación, las armas podrían ser incluidas en un próximo paquete de ayuda militar a Ucrania, posiblemente el próximo mes.
Las autoridades ucranianas han estado presionando a Estados Unidos para obtener estas municiones desde el año pasado, argumentando que proporcionarlas aumentaría la disponibilidad de municiones para sus sistemas de artillería y misiles suministrados por Occidente, y ayudaría a contrarrestar la superioridad numérica rusa en artillería.
Sin embargo, Estados Unidos ha sido reacio a suministrar estas municiones debido a los riesgos que plantean para la población civil. Además, algunos de sus aliados clave, como el Reino Unido, Francia y Alemania, son signatarios de la prohibición de las municiones de racimo, armas que dispersan pequeñas bombas en áreas amplias y que pueden representar un riesgo a largo plazo para cualquier persona que se encuentre con ellas, similar a las minas terrestres.
La contraofensiva ucraniana, que comenzó a principios de este mes, no ha avanzado tanto como se esperaba debido a la fortificación de las líneas de defensa rusas. Además, no está claro si el alto consumo diario de municiones de artillería por parte de Ucrania sería sostenible si la contraofensiva se prolonga, según funcionarios y analistas militares.
Las municiones de racimo, que Estados Unidos almacenó en grandes cantidades antes de eliminar gradualmente su arsenal en 2016, podrían ayudar a llenar ese vacío, según los funcionarios.
Los funcionarios de la administración también creen haber abordado las preocupaciones de algunos aliados respecto al suministro de estas municiones por parte de Estados Unidos, señalaron fuentes.
Un funcionario estadounidense destacó que estas armas no representarían una nueva capacidad para Ucrania, ya que tanto ucranianos como rusos han utilizado bombas de racimo desde la invasión rusa en febrero de 2022, y más recientemente, las fuerzas ucranianas han utilizado municiones de racimo suministradas por Turquía en el campo de batalla.
