Siete de las principales compañías automovilísticas han anunciado la formación de una nueva empresa conjunta para suministrar recargas a vehículos eléctricos en Estados Unidos, en un desafío directo a Tesla y con el objetivo de aprovechar las subvenciones gubernamentales bajo la administración del presidente Joe Biden.
El grupo, compuesto por General Motors, Stellantis, Hyundai Motor y su filial Kia, Honda, BMW y Mercedes Benz, marcas que en conjunto representan cerca de la mitad de las ventas de vehículos en Estados Unidos, se unen en esta inusual coalición con la intención de desplegar 30 mil cargadores en Norteamérica, comenzando por las principales autopistas y ciudades.
Aunque los fabricantes no han detallado la inversión individual o colectiva, se estima que establecer la empresa requeriría varios miles de millones de dólares, según ejecutivos de la industria familiarizados con los costos asociados.
El objetivo del gobierno de Biden es alcanzar los 500 mil cargadores para el año 2030, casi cuadruplicando la cantidad actual. La Casa Blanca elogió el acuerdo, destacando que creará nuevos empleos sindicalizados para la instalación y el mantenimiento de los cargadores.
Actualmente, hay más de 30 mil máquinas de recarga rápida en todo el país, con un costo que varía entre menos de 100 mil y más de 200 mil dólares para las versiones más potentes.
Hasta el año pasado, Tesla ostentaba el liderazgo en ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos con más del 60% del mercado, y también cuenta con la mayor red de cargadores rápidos, con casi 18 mil.
La nueva empresa conjunta busca competir directamente con Tesla y expandir el acceso y la infraestructura para la carga de vehículos eléctricos en todo el país, lo que podría representar un importante paso adelante para la industria y el mercado eléctrico en Estados Unidos.