La Iglesia católica ya tiene nuevo líder y su nombre es León XIV, pero seguramente lo conocerás mejor como Robert Prevost, el cardenal con raíces estadounidenses y corazón peruano. La tarde de este jueves, el cielo de Roma se llenó de emoción cuando la chimenea de la Capilla Sixtina lanzó humo blanco, señal inequívoca de que el cónclave había elegido al nuevo pontífice.

Prevost, de 69 años, salió al icónico balcón de la Plaza de San Pedro, saludando a una multitud de más de 40 mil personas. Su mensaje fue directo al alma:
“Queridos hermanos y hermanas… Que la paz sea con ustedes”, expresó con firmeza y serenidad, alternando entre italiano y español.
🔔 El momento fue tan simbólico como emocionante. Las campanas repicaban y la plaza estallaba en aplausos y lágrimas. Desde todos los rincones del mundo ondeaban banderas, mientras una banda tocaba al paso de los guardias suizos vestidos con sus clásicos uniformes a rayas.
León XIV aprovechó su primer discurso para rendir homenaje a su antecesor, el papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril a los 88 años. “La humanidad necesita puentes que la acerquen a Dios. Ayúdense entre ustedes a construir esos caminos de amor”, dijo con convicción.
Con un estilo cercano y cálido, agradeció a su querida diócesis de Chiclayo, en Perú, país donde dejó huella como obispo y pastor. “Un pueblo leal que compartió su fe conmigo y me dio tanto”, reconoció emocionado.
Un Papa con alma latinoamericana.
Aunque nació en Chicago en 1955, Prevost se siente tan peruano como cualquiera. Desde 2015, tiene la nacionalidad peruana y vivió décadas dedicado al servicio en el país andino, donde fue párroco, formador de seminaristas, juez eclesiástico y obispo de Chiclayo.

Durante su paso por Perú, lideró el seminario agustino en Trujillo por 10 años, fue administrador apostólico del Callao, y miembro destacado de la Conferencia Episcopal Peruana, donde incluso llegó a ser vicepresidente segundo.
Gracias a su cercanía con el papa Francisco, en 2023 fue llamado al Vaticano para dirigir el Dicasterio para los Obispos, una de las oficinas más relevantes en la estructura de la Iglesia. Ese mismo año fue nombrado cardenal, y en 2025, cardenal-obispo de Albano, uno de los rangos más altos del colegio cardenalicio. Además, presidía la Pontificia Comisión para América Latina.
Elección exprés y una señal de unidad.
El cónclave que lo eligió fue sorprendentemente veloz. En solo un día y después de cuatro rondas de votación, los 133 cardenales menores de 80 años alcanzaron el consenso necesario para anunciar al nuevo líder espiritual.
Lo interesante es que esta vez hubo una fuerte presencia de cardenales de regiones poco representadas, como Papúa Nueva Guinea, Ruanda o Mongolia, algo que había impulsado el papa Francisco.

La rapidez con la que se logró la elección fue interpretada como una muestra clara de unidad en la Iglesia, según declaró el cardenal italiano Giuseppe Versaldi en la sala de prensa vaticana.
Un líder con los pies en la tierra.
Quienes lo conocen coinciden en su perfil humilde y comprometido. El reverendo Mark Francis, amigo de Prevost desde los años 70, lo describe como “una voz de sentido común y con gran sensibilidad por los pobres”, además de tener un humor discreto y evitar ser el centro de atención.
Por otro lado, desde Chiclayo, Jesús León Ángeles, líder de un grupo católico local, lo recuerda como alguien “muy sencillo y preocupado por los migrantes venezolanos en Perú”.
Reacciones internacionales.
El anuncio no pasó desapercibido. Desde Truth Social, el expresidente Donald Trump celebró que el nuevo papa tenga nacionalidad estadounidense:
“¡Es un gran honor para nuestro país! Estoy ansioso por conocer a León XIV”.
La presidenta del Perú, Dina Boluarte, también reaccionó con entusiasmo y lo llamó “un momento histórico para el Perú y el mundo”, destacando que Prevost eligió ser peruano “por corazón y por convicción”.