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El reciente ataque con drones de Hezbollah contra una base militar en el corazón de Israel ha expuesto una peligrosa vulnerabilidad en las defensas israelíes, a pesar de la masiva ofensiva aérea y terrestre que el país ha desatado sobre el grupo respaldado por Irán.
El domingo por la tarde, un avión no tripulado lanzado desde el sur del Líbano logró pasar desapercibido por los sistemas de defensa aérea de Israel y alcanzó la base de la Brigada Golani, a unos 65 kilómetros de la frontera. El ataque, ocurrido justo a la hora de la cena, golpeó el comedor de la base y dejó una devastadora escena. Cuatro soldados perdieron la vida y más de 60 resultaron heridos, ocho de ellos gravemente, sumándose a la creciente lista de bajas en las filas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) desde el inicio de la ofensiva terrestre.
Lo más alarmante es que el dron logró atacar sin activar las alarmas, lo que ha hecho sonar las alarmas en Israel sobre la capacidad real de sus defensas frente a este tipo de amenazas. Aunque las FDI no han revelado detalles específicos, se especula que el dron era un Mirsad, de fabricación iraní, conocido por su agilidad y difícil detección.
Los momentos críticos y el objetivo del ataque sugieren que Hezbollah tenía información precisa y suficiente capacidad para maximizar el daño. Esto se ve como una señal clara de que el grupo militante ha recuperado su fuerza operativa, a pesar de los golpes recientes que sufrió su liderazgo, incluidos la muerte de Hassan Nasrallah y otros altos mandos. Daniel Sobelman, experto en seguridad de la Universidad Hebrea de Jerusalén, subraya que el ataque demuestra que Hezbollah aún tiene capacidad ofensiva significativa.
Mientras tanto, la ofensiva israelí en el sur del Líbano sigue cobrando víctimas: más de 1,500 personas han muerto en esa región desde el inicio de los bombardeos intensivos en septiembre, según cifras del Ministerio de Salud libanés. Aunque las FDI lanzaron inicialmente una operación terrestre “limitada”, la creciente escalada indica que podría haber una guerra mucho más amplia en puerta.
El ataque del domingo también ha sido el más letal dentro de Israel desde que comenzó la guerra contra Hamas en octubre, lo que refleja que, a pesar de los esfuerzos, las defensas aéreas israelíes no están listas para lidiar con drones como los que utiliza Hezbollah. Esto fue confirmado por Orna Mizrahi, investigadora del Instituto Israelí de Estudios de Seguridad Nacional, quien aseguró que estos UAV tienen una baja firma de radar y son muy difíciles de detectar.
Para empeorar las cosas, este no ha sido el único incidente reciente: Hezbollah ya había mostrado sus cartas en junio, cuando publicó un video filmado con un dron sobre Haifa que, de nuevo, pasó desapercibido para las FDI. A pesar de las promesas del jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, de que el ejército está trabajando en soluciones, los últimos ataques dejan en claro que Hezbollah sigue encontrando formas de evadir las defensas.
Este último ataque, además, se suma a una serie de incidentes similares. En julio, un dron lanzado por rebeldes hutíes respaldados por Irán mató a una persona en Tel Aviv sin que las sirenas de advertencia se activaran. Más recientemente, el viernes pasado, Hezbollah lanzó dos drones, uno de los cuales fue interceptado mientras el otro dañó una residencia de ancianos en Herzliya.
La táctica de Hezbollah de saturar las defensas israelíes mediante el lanzamiento simultáneo de varios drones es una muestra de que, a pesar de los intentos de Israel por contener la amenaza, el grupo sigue encontrando formas de infligir dolorosos golpes.
