Hortensia Ostoa López se siente orgullosa de ser hidalguense. Esta mujer de 37 años es originaria de Hueyapan, un pintoresco lugar en el municipio de Tlanchinol, que se encuentra entre la Sierra y la Huasteca. En los semáforos de El Palmar, en Pachuca, se la puede ver vistiendo un atuendo improvisado que utiliza para bailar rituales aztecas. Con un toque de humor, le pregunta a un reportero de El Universal Hidalgo: “¿Pareceré de más edad, verdad?”
Hortensia baila con la esperanza de que algún automovilista le regale una moneda, lo que le ayudaría a cubrir sus gastos de comida. Ella enfrenta muchas carencias y está claramente en la brecha de pobreza extrema, sin acceso a servicios de salud, ni siquiera a los públicos.
“A veces tenemos suerte de no enfermarnos. Pasamos mucho tiempo bajo el sol y cuando llueve, terminamos empapadas, pero tenemos que seguir buscando el dinero,” comparte Hortensia. Ella no está sola; su amiga la acompaña en esta dura actividad callejera.
Mientras tanto, en Hidalgo, la situación de salud es preocupante. En 2024, ya se han realizado 18 trasplantes de órganos, pero el 50.4% de la población tiene problemas para acceder a los servicios de salud. Eso se traduce en más de un millón y medio de hidalguenses, según el documento “El derecho a la salud para las entidades federativas en México”, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Pública (Coneval).
Aunque a nivel nacional el promedio es del 39.1%, Hidalgo se encuentra entre las cinco entidades con más problemas de acceso a salud. Chiapas lidera con el 66.1%, seguido de Oaxaca con el 65.7%, Guerrero con 52.7% y Michoacán con 51.2%.
El Coneval explica que la falta de acceso a la salud significa que muchas personas no cuentan con seguridad social. Esto quiere decir que no tienen garantizado el derecho a recibir atención médica de ninguna institución, ya sea pública, privada o a través de programas gubernamentales. ¡Claramente, hay enormes brechas en la cobertura de salud!
Además, hay serias deficiencias en los servicios de salud locales, con problemas como la falta de medicamentos y clínicas que operen las 24 horas, especialmente en la Sierra y Huasteca.
Según estudios recientes sobre pobreza multidimensional, en 2022 había 50.4 millones de mexicanos que no estaban afiliados o asegurados para recibir atención médica, lo que representa el 39.1% de la población total.