En un giro sorpresivo, los hogares de mayores ingresos experimentaron un repunte significativo en la inflación durante la primera quincena de marzo, contrariamente a las tendencias anteriores donde la presión inflacionaria afectaba principalmente al segmento más vulnerable de la población.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación general en el país se situó en un 4.48 por ciento en el período mencionado. Sin embargo, para los hogares con ingresos superiores a seis salarios mínimos, este índice se elevó aún más, alcanzando un 4.65 por ciento, mientras que para los segmentos de menores ingresos, el aumento fue ligeramente menor, situándose en un 4.58 por ciento.
La fuente principal de presión inflacionaria durante esta quincena provino de los incrementos en los servicios, particularmente en aquellos relacionados con el turismo, que son típicos en esta época del año, justo antes de la Semana Santa. Además, en el sector no subyacente, se observó un aumento significativo en los precios de productos pecuarios como el pollo y los mariscos.
Analizando detenidamente los datos, se observa que el grupo con ingresos superiores a seis salarios mínimos experimentó aumentos del 4.65 por ciento en alimentos, 3.46 en vivienda, 4.63 en transporte, 3.93 en recreación y cultura, y un notable 6.96 por ciento en restaurantes.
Según Iván Huerta, analista económico de Ve por Más, los servicios siguen mostrando una falta de estabilidad, posiblemente debido a un traspaso más gradual de los impactos de años anteriores y a su mayor susceptibilidad a los cambios en los salarios.
Por otro lado, en el grupo con ingresos de hasta un salario mínimo, se registraron aumentos en la inflación de vivienda (3.12 por ciento), recreación y cultura (3.5 por ciento), y restaurantes y hoteles (7.07 por ciento). Esto contribuyó a una moderación en el incremento de precios en comparación con otros períodos, aunque se mantuvo una presión al alza en diversos rubros.