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En el penal de Barrientos, cientos de personas en prisión preventiva pudieron ejercer su derecho al voto en un ambiente de esperanza y demandas de justicia. Los internos, que conservan sus derechos políticos mientras estén en esa condición, expresaron sus demandas y esperanzas junto con su participación en esta elección anticipada.
El día comenzó temprano para los internos, quienes fueron al comedor, se prepararon y se dirigieron al salón de usos múltiples para votar. Sin necesidad de costosas campañas políticas, expresaron sus mensajes en pedazos de cartulina, recordando la importancia de su voto y la libertad.
Mientras algunos expresaban sus esperanzas para el futuro del país, otros compartían sus experiencias personales y pedían justicia y equidad en el sistema judicial. La votación fue un momento de respiro y esperanza para aquellos que han estado esperando un juicio o una sentencia durante años.
A pesar de las limitaciones y restricciones, la jornada electoral transcurrió con orden y pulcritud, coordinada por el INE y las autoridades penitenciarias. Sin embargo, para algunos, la libertad fue efímera, como se vio con la llegada de los últimos electores, procedentes de la sala de alta peligrosidad.
Aunque algunos internos expresaron sus preferencias políticas, la mayoría optó por mantener en secreto su elección. Para ellos, este ejercicio democrático fue una oportunidad para sentirse incluidos y escuchados, incluso en circunstancias difíciles.
En medio de la incertidumbre y la adversidad, la participación en el proceso electoral les brindó un sentido de dignidad y ciudadanía, recordándoles que, a pesar de su situación, todavía tienen voz y voto en el futuro de su país.
