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En el hospital Al Najjar, ubicado en la ciudad fronteriza de Rafá, llegaron partes desgarradas de cuerpos en bolsas marcadas con números. Estos números, escritos por los primeros socorristas, representaban la cantidad estimada de personas que podrían estar dentro de cada bolsa.
Amjed*, un residente de la ciudad, visitó el hospital después del feroz ataque nocturno israelí y describió la escena como catastrófica, con partes irreconocibles de cuerpos esparcidas por todas partes. Los primeros cuerpos llevados a los hospitales eran mayormente de niños y mujeres, y algunos menores llegaron en autos de civiles cubiertos de sangre y polvo, sin sus familias.
En respuesta al secuestro de dos ciudadanos israelíes-argentinos por parte de militantes de Hamas, Israel lanzó un ataque aéreo y terrestre sobre Rafá. Los militares israelíes afirmaron haber incursionado en un edificio, liberando a los cautivos tras un enfrentamiento con los captores y lanzando ataques aéreos para respaldar su retirada.
El ataque resultó en la muerte de al menos 67 palestinos, incluyendo mujeres y niños, según el Ministerio de Salud palestino. Residentes reportaron explosiones por toda la ciudad y múltiples daños a propiedades civiles, incluyendo mezquitas y viviendas.
Rafá, en la frontera con Egipto, se ha convertido en el último refugio para miles de palestinos que buscan protección. Sin embargo, con la amenaza de una invasión israelí inminente, muchos residentes temen por sus vidas y se preguntan a dónde podrían huir si la situación empeora.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada de violencia y ha instado a Israel a detener sus acciones en Rafá. Estados Unidos ha rechazado la operación militar, y líderes europeos han advertido sobre las graves consecuencias humanitarias y regionales de un ataque a gran escala en la ciudad.
*Los nombres han sido cambiados por razones de privacidad.
