El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha exigido a Estados Unidos un suministro urgente de armas, argumentando que el país enfrenta una guerra por su existencia. Esta declaración surge tras las críticas de la Casa Blanca sobre los retrasos en la entrega de material bélico. Netanyahu acusó a Estados Unidos de retener armas y municiones destinadas a Israel, lo que provocó una respuesta inmediata de la Casa Blanca, calificando sus afirmaciones como decepcionantes y ofensivas.
Washington está revisando un cargamento específico de bombas de 2 mil libras, preocupado por su posible uso en zonas densamente pobladas de Gaza, donde el conflicto con Hamás ha causado numerosas víctimas civiles. A pesar de las tensiones, Estados Unidos sigue siendo el principal apoyo militar de Israel, aunque ha manifestado su rechazo por el elevado número de muertes en Gaza.
En medio de este ambiente tenso, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, tiene programado reunirse con su homólogo israelí, Tzachi Hanegbi, y el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer. La reunión se anticipa como una oportunidad para abordar las preocupaciones mutuas y buscar una solución diplomática al problema de los suministros bélicos y la situación en Gaza.
La guerra en Gaza, que ha durado más de ocho meses, continúa siendo un conflicto prolongado con graves consecuencias humanitarias. Las acciones y declaraciones de Netanyahu, junto con la respuesta de la Casa Blanca, reflejan la complejidad de las relaciones internacionales en medio de un conflicto con profundas raíces históricas y políticas.