Israel lanzó un “ataque preciso” contra blancos militares en Irán durante la madrugada del sábado, según confirmó el ejército israelí, que utilizó información de inteligencia para coordinar esta ofensiva. Entre los objetivos, se encontraba una instalación de misiles, en respuesta a “meses de ataques continuos” desde Teherán y a un impacto de misiles iraníes en territorio israelí el 1 de octubre.
Durante su declaración, el vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Daniel Hagari, aseguró que la ofensiva buscaba neutralizar “capacidades aéreas iraníes”, específicamente misiles tierra-aire, que dificultaban la libertad de operación aérea israelí en el territorio iraní. Tras la operación, Israel informó que sus aviones regresaron a casa sin contratiempos.
Irán, por su parte, condenó el ataque a través de un comunicado de su Ministerio de Asuntos Exteriores, calificándolo de “clara violación” del derecho internacional y declaró que tiene “el derecho y la obligación de defenderse”. Las autoridades iraníes también confirmaron la muerte de cuatro soldados en el ataque.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Estados Unidos fue notificado con antelación, pero enfatizó que no participó en la acción militar. Washington reiteró su llamado a Irán para evitar represalias, en un intento de frenar la escalada de violencia en la región. En un comunicado, funcionarios de alto rango advirtieron a Irán sobre las “consecuencias” si decide responder, reafirmando que “no se desea una mayor escalada”.
Explosiones en Teherán y el cierre del espacio aéreo.
Poco después del ataque, los medios iraníes reportaron explosiones en distintas áreas de Teherán y sus alrededores, así como en la zona rural de Damasco, Siria, aunque Israel no confirmó operaciones en territorio sirio. A raíz del ataque, las autoridades iraníes decidieron cerrar su espacio aéreo y cancelar vuelos en Teherán hasta las 9 de la mañana del mismo sábado, debido a la inestabilidad en la región.
Una fuente cercana a la Guardia Revolucionaria iraní informó de ataques en algunas bases militares al oeste y suroeste de la capital. Las fuerzas de defensa aérea de Irán indicaron que habían logrado mitigar el daño en las bases de las provincias de Teherán, Juzestán e Ilam, donde se produjeron “daños limitados”.
El llamado a la moderación.
Varios países de la región se sumaron a la condena del ataque. Emiratos Árabes Unidos hizo un llamado a “ejercer el máximo autocontrol”, mientras que Arabia Saudita denunció la ofensiva como una “violación de las normas internacionales” y pidió a todas las partes actuar con moderación. Qatar también expresó una “enérgica condena” y, al igual que Egipto, manifestó preocupación por la estabilidad regional.
EE.UU. sigue la situación de cerca.
El presidente estadounidense, Joe Biden, fue informado del ataque y sigue de cerca el desarrollo de la situación, según confirmó el Consejo de Seguridad Nacional a la cadena CBS. El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, se comunicó con su homólogo israelí para discutir el ataque, a la vez que la Casa Blanca subrayó que entiende los ataques de Israel como una medida de autodefensa.