La guerra en Siria toma un giro inesperado: rebelión, drones y tensiones internacionales.

La guerra en Siria, que lleva más de una década sacudiendo al Medio Oriente, vuelve a ocupar los titulares tras una ofensiva sorprendente de los grupos rebeldes liderados por Hayat Tahrir al Sham (HTS). Este conflicto, lejos de estar resuelto, se intensifica en un escenario ya cargado de tensiones desde los atentados de Hamás contra Israel en octubre del año pasado.

Un nuevo capítulo en un conflicto interminable.

Los recientes enfrentamientos en Siria reflejan cómo la región sigue sumida en una espiral de violencia. En los últimos días, una coalición rebelde tomó posiciones clave en Idlib y llegó hasta Alepo, donde lograron el control de la antigua ciudadela, símbolo de la resistencia del régimen de Bashar al Assad.

Este avance, que sorprendió incluso a observadores internacionales, muestra que la guerra no ha terminado, aunque durante años se haya congelado en ciertas zonas. Siria sigue siendo un mosaico de conflictos sin resolver, con territorios controlados por distintos actores: desde las fuerzas del régimen hasta las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), milicias kurdas respaldadas por Estados Unidos, y los rebeldes del HTS.

El peso de los aliados y las estrategias en juego.

Durante años, el régimen de Al Assad sobrevivió gracias al apoyo de Rusia, Irán y Hezbolá, pero hoy enfrenta nuevos desafíos. Irán, debilitado por ataques israelíes respaldados por Estados Unidos, y Rusia, enfocada en la guerra en Ucrania, han reducido su capacidad de intervención. Incluso Hezbolá, antes un aliado crucial, parece paralizado.

En contraste, los rebeldes están empleando estrategias modernas. Usaron drones para eliminar a altos mandos del régimen, lo que demuestra cómo la tecnología está transformando la guerra. Además, según informes, han capturado helicópteros y avanzan hacia Hama, en dirección a Damasco.

Un líder polémico y un mensaje renovado.

El líder de HTS, Abu Mohammad al-Jawlani, ha cambiado la imagen de su grupo, alejándose de su pasado yihadista para presentar esta ofensiva como una lucha colectiva contra el régimen. Este giro busca ganarse el apoyo de una población harta de extremismos y de años de sufrimiento.

No obstante, HTS sigue siendo considerado un grupo terrorista por países como Estados Unidos, la Unión Europea y Turquía. A pesar de ello, han logrado consolidar su control en el norte de Siria.

¿Qué sigue para Siria y la región.

La ONU ha expresado su alarma ante estos acontecimientos, calificándolos como un “fracaso colectivo” para encontrar una solución política. La resolución 2254 del Consejo de Seguridad, que proponía elecciones libres y una nueva Constitución, sigue siendo un ideal lejano mientras el régimen de Assad se aferra al poder.

Bashar al Assad aún cuenta con apoyo dentro de Siria, pero su futuro está lejos de estar asegurado. Si otros grupos se suman a la rebelión, su régimen podría enfrentarse a una nueva amenaza existencial.

Mientras tanto, los sirios siguen atrapados en una tragedia que ya ha cobrado más de medio millón de vidas, con nuevos ataques aéreos causando víctimas civiles y alimentando una guerra que parece no tener fin.

Autor Itzel G. Bandala

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