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Normalmente, un accidente industrial no se convierte en una gran atracción turística, pero en Turkmenistán, el pozo de gas de Darvaza se ha transformado en el espectáculo más famoso del país. Todo comenzó hace más de 50 años, cuando un equipo de exploración soviético perforó en busca de gas natural, provocando una reacción en cadena que resultó en este gigantesco agujero en llamas.
Conocido como la “puerta al Infierno” y el “resplandor de Karakum”, este cráter arde debido al metano que se escapa de varios respiraderos en el suelo y las paredes del pozo. Al acercarse al borde, se puede sentir un calor abrasador, que se intensifica por la noche con las llamas iluminando el cielo estrellado.
Ubicado en una remota sección del desierto de Karakum, el cráter es una parada obligada en casi todos los tours por Turkmenistán. Antes, los visitantes debían llevar todo lo necesario para pasar la noche, ya que no había servicios. Ahora, tres campamentos ofrecen alojamiento en yurtas y tiendas, además de comidas y transporte hasta el cráter para aquellos que no quieren caminar.
Con unos 70 metros de ancho y 30 metros de profundidad, el cráter tiene paredes verticales que caen abruptamente hacia un campo de escombros rocosos. Desde 2018, se ha instalado una valla de seguridad para evitar que los turistas se acerquen demasiado.
Ged Gillmore, autor de “Stans By Me: A Whirlwind Tour Through Central Asia”, describe el cráter como una “cueva de gas colapsada”, y aunque admite que es fascinante, también lo encuentra algo espeluznante.
A pesar de su fama, el cráter podría no durar mucho en su forma actual. El gobierno turkmeno ha considerado sellarlo en varias ocasiones. Dylan Lupine, de Lupine Travel, señala que las llamas han disminuido desde su primera visita en 2009, estimando que ahora arde alrededor del 40% de lo que solía ser.
Un guía local confirma que las llamas han ido disminuyendo durante los últimos siete años, probablemente porque la bolsa de gas se está agotando. A pesar de esto, la maravilla híbrida de la naturaleza y la intervención humana sigue siendo impresionante, especialmente durante las tormentas de arena.
El origen del cráter sigue siendo un misterio. No hay informes soviéticos claros sobre cómo se formó, pero se cree que el cráter apareció en la década de 1970 y se encendió poco después. Algunos dicen que fue causado por una granada de mano, mientras que otros sugieren que los soviéticos simplemente arrojaron una cerilla o que un granjero borracho causó el incendio.
George Kourounis, aventurero y presentador de televisión, exploró el cráter y recogió muestras para el Proyecto Microbioma Extremo, encontrando organismos capaces de sobrevivir en esas extremas condiciones.
Llegar a Darvaza requiere un vehículo 4×4 debido a la accidentada carretera y los caminos arenosos del desierto. Los campamentos cerca del cráter ofrecen diversas opciones de alojamiento, desde yurtas con camas en el campamento Darwaza hasta opciones más rústicas en Garagum, con comidas a la barbacoa y vistas del cráter.
Sin embargo, hay rumores de que el gobierno podría extinguir las llamas para transformar Darvaza en un centro de producción de gas natural. Aunque no se ha confirmado ninguna acción inminente, Lupine y otros locales temen que la clausura del cráter afecte negativamente al turismo y a los empleos en la región.
Por ahora, el cráter de gas de Darvaza sigue siendo un asombroso destino para los viajeros que se aventuran a través del desierto para presenciar esta maravilla accidental de Turkmenistán.
