La Refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, ha visto duplicado su presupuesto original, lo que proyecta un retorno de inversión de hasta 80 años, según el CEO de Kepler Oil and Gas, Luis Chavarría. Esta inversión excesiva podría considerarse un capricho en lugar de una decisión colegiada, y plantea interrogantes sobre la viabilidad a largo plazo del proyecto.
Además de los desafíos económicos, la ubicación de la refinería plantea problemas logísticos. La falta de conexiones de ductos hacia las principales áreas de consumo, como la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Tijuana, dificulta la distribución eficiente de los productos refinados.
El Gobierno tendrá que invertir en autotanques para transportar los combustibles producidos en Dos Bocas, lo que también podría deteriorar las carreteras locales.
El especialista sugiere que en lugar de gastar tanto en Dos Bocas, se podrían haber destinado recursos para el mantenimiento de las refinerías existentes, lo que habría aumentado su capacidad de producción y acercado al país a la autosuficiencia en combustibles.
La producción inicial de la refinería Olmeca se centrará en el diésel y gasolinas no terminadas. Para que estas últimas sean comercializables, requerirán oxigenantes como el etanol o el éter metil terbutílico (MTBE), lo que agrega complejidad al proceso y puede resultar en exportaciones a otros países para su mezcla.
A pesar de las inversiones masivas, la mayoría de la producción de la refinería será de productos de bajo valor, como asfaltos o combustóleo, con solo un 20 por ciento de productos de alto valor.
Según el especialista, se espera que la refinería alcance una producción de más de 300,000 barriles de combustibles en aproximadamente cuatro años.